Más de 8000 católicos de parroquias del oeste de Carolina del Norte se reunieron este mes para celebrar su fe en la “reunión familiar” de la Diócesis de Charlotte en el XVIII Congreso Eucarístico anual.
El evento, que este año conmemoró el 50 aniversario de la diócesis y tuvo lugar el 5 y 6 de agosto en el Centro de Convenciones de Charlotte, contó con charlas educativas y programas musicales en inglés, español y vietnamita, junto con una Hora Santa de Adoración Eucarística y una Misa de clausura celebrada por el obispo Peter Jugis. Más de un centenar de vendedores y expositores participaron.
UNA OPORTUNIDAD PARA TRANSFORMACIÓN
El sábado por la mañana, una procesión que partió de la Iglesia San Pedro y recorrió el Uptown de Charlotte, culminó con una Hora Santa dirigida por el Obispo Jugis en el Centro de Convenciones de Charlotte. El obispo señaló que se estaban reuniendo en la Fiesta de la Transfiguración y que los eventos del día ofrecieron a todos la oportunidad de ser transformados por un encuentro con el Señor Eucarístico.
“En la Transfiguración”, dijo el obispo, “San Pedro le habló al Señor con palabras que son igualmente apropiadas para decirlas ahora en este momento de Adoración: ‘Señor, es bueno que estemos aquí’. Es bueno que estemos aquí contigo en Tu presencia”.
La presencia del Señor fue un punto focal de las sesiones de escucha del Sínodo realizadas en toda la diócesis a principios de este año, dijo el Obispo Jugis.
“En el Sínodo, la gente dijo que los signos más significativos de la presencia del Señor en sus vidas incluyen la Santa Misa, la Adoración Eucarística, los sacramentos y especialmente la Sagrada Eucaristía, la confesión y la oración. También reconocieron que su fe se nutre de la vida familiar, de la participación en la vida parroquial, del buen ejemplo de nuestros sacerdotes y diáconos, del estudio de las Escrituras, de las obras de misericordia y el servicio a los demás”.
“Es evidente que en toda la diócesis la fe es fuerte, que deseamos estar con el Señor y estar cerca de Él”, dijo. “Y ahora estamos con Él. Que estos momentos de adoración nutran nuestras almas y nos traigan la paz de Cristo”.
‘ME DA ESPERANZA por LA HUMANIDAD’
Quienes asistieron al Congreso Eucarístico por primera vez elogiaron la experiencia.
“Ver a tantas personas de nuestra diócesis de todas las edades y orígenes que están aquí para seguir a Cristo es abrumador. Me da esperanza por la humanidad”, dijo Maria Dawkins, de la Iglesia San Leo el Grande en Winston-Salem.
‘ES UNA ALEGRÍA ESTAR DE REGRESO’
Este fue el primer Congreso Eucarístico presencial desde 2019. Durante los últimos dos años, las restricciones por la pandemia obligaron a realizar eventos de manera virtual y en las parroquias. Los asistentes dijeron que estaban felices de regresar.
“Es una alegría estar de vuelta después de los años virtuales durante el COVID, ver tantas caras, celebrar la Eucaristía y disfrutar de los oradores. He estado asistiendo desde 2014. Mi parte favorita es la Misa de clausura. Me encanta una gran Misa celebrando la Eucaristía junto con tantas culturas, parroquias y personas, además de ver la procesión”, dijo Rosheene Adams, miembro de la Iglesia Nuestra Señora de la Consolación en Charlotte y directora del Ministerio de Asuntos Afroamericanos de la diócesis.
Adams señaló: “Hay muchas personas que no saben que la diócesis tiene un Ministerio de Asuntos Afroamericanos que se enfoca en la educación y espiritualidad de los afroamericanos. Es una gran manera de conocer gente que de otro modo no vería y contarles sobre nuestro ministerio. Es una tarea de divulgación”.
un ejemplo para quienes miraban
La procesión tuvo un impacto no solo en los católicos sino también en quienes la presenciaron, dijeron los participantes.
“El Congreso Eucarístico es una ocasión maravillosa para que los católicos de diferentes parroquias se reúnan con la Eucaristía, Nuestro Señor Jesucristo, y con el obispo, sacerdotes y religiosos. Mi parte favorita es todos en procesión, todos rezando juntos. Es un ejemplo para las personas que nos rodean y que nos observan. Todos están orando juntos por el mundo entero”, dijo la hermana Christie Kunnel de las Hermanas de la Caridad en High Point.
“Estoy muy emocionada de ver a los seminaristas. No los hemos visto en dos años. Durante la procesión de la mañana, algunos corredores simplemente se detenían y se preguntaban, ‘¿Qué está pasando? ¿Por qué están cantando? ¿Qué son estos carteles? ¿Y qué llevan?’ Así que creo que realmente hacemos una demostración”, dijo Ginna Suárez, de la Iglesia Santo Tomás de Aquino en Charlotte.
FINAL DE CELEBRACION
El Congreso Eucarístico culminó con adoración y alegría durante la Misa de clausura ofrecida por el Obispo Jugis, quien nuevamente resaltó el tema del cambio.
“El Señor Eucarístico nos cambia. La Eucaristía nos cambia”, dijo. “Hemos sido refrescados espiritualmente en este Congreso al estar con el Señor y al estar con nuestros hermanos y hermanas en la fe”.
Señaló que el cambio está presente en cada Misa, no solo en el Congreso Eucarístico.
“En la consagración en la Misa, toda la sustancia del pan se transforma en la sustancia del Cuerpo de Cristo Nuestro Señor, y toda la sustancia del vino se transforma en la sustancia de Su Sangre”, dijo.
“Este asombroso milagro ocurre en cada Misa, porque como sabemos, Jesús, el Señor Resucitado, está vivo y continúa activo en Su Iglesia y en el mundo”.
Queda en nosotros responder a ese milagro, dijo el Obispo Jurgis. “Al final de esta Misa, el Señor nos enviará una vez más como Sus discípulos misioneros. Seamos misioneros del amor Eucarístico de Cristo y de la alegría Eucarística para los demás”.
— Catholic News Herald
