BOONVILLE — En el pasado domingo 17 de diciembre, la parroquia Divino Redentor en Boonville organizó un convivio en acción de gracias por la ordenación sacerdotal del Reverendo Padre Adrián Zamora, joven parroquiano de Divino Redentor y oriundo del territorio parroquial, de la pequeña ciudad de Yadkinville, en Carolina del Norte.
El Padre Adrián Zamora, formado en el Seminario Misionero Redemptoris Mater, fue ordenado el pasado 10 de noviembre en la Arquidiócesis de Arequipa, Perú, por el Arzobispo de Arequipa, Monseñor Javier Del Río Alba.
Adrián Zamora nació el 17 de agosto de 1993 en la ciudad de Winston-Salem, del estado de Carolina del Norte en Estados Unidos. Es el segundo de tres hermanos, y sus padres son Saúl Zamora Castro y María de Lourdes Zamora Luna.
Estudió en las escuelas West Yadkin Elementary, Starmount High School, Forbush High School y durante un año en el colegio universitario Forsyth Technical Community College.
Ingresó al Seminario Redemptoris Mater en Arequipa, Perú, en el año 2012. Como parte de su formación, en 2019 visitó Panamá, y en 2020 la Diócesis de Whitehorse, Canadá. Además, también tuvo una pasantía en el Santuario de la Virgen de Chapi en Socabaya, Arequipa, Perú.
Ya ordenado diácono, fue asignado a la parroquia ‘San Ignacio de Loyola’ en el distrito de Paucarpata, en Arequipa.
El domingo 17 de diciembre el Padre Adrián concelebró la Santa Misa por primera vez en su parroquia madre. Ofició la primera Misa del domingo a las 9 de la mañana en inglés, y la tercera Misa del día en español a la 1 de la tarde.
El Padre Enrique González, administrador parroquial de la Iglesia San Francisco de Asís en Lenoir estuvo presente, concelebrando con los reverendos Adrián y Jean Pierre Swamunu Lhuposo, párroco.
La celebración coincidió con el tercer domingo de Adviento, ‘Domingo de Gaudete’.
En su homilía, el Padre Adrián mencionó la importancia de la alegría en nuestras vidas, al explicar el significado de la palabra ‘Gaudette’ en latín, que literalmente significa ‘alegrarse’.
Tras concluir su última Misa, la parroquia ofreció un convivio, donde toda la parroquia fue invitada, mientras los miembros de los grupos apostólicos parroquiales estuvieron al servicio de los invitados y la comunidad.
Vida de gracia
Al tomar la palabra durante el festejo, el Padre Adrián dijo que la primera vocación que personalmente tiene y todos tenemos, es ser cristianos. “Eso es lo primero, lo fundamental, el ser un hijo de Dios. El ser otro Cristo pues es un don que Dios nos da a cada uno de nosotros por el bautismo, y esto ya es muchísimo, ya es un don. Y el regalo de vivir nuestro bautismo en la Iglesia es lo que nos da la vida eterna, lo que nos da la felicidad”.
Expresó también su agradecimiento a Dios por haberle otorgado padres profundamente católicos y comprometidos con su fe. “Conversando con mi obispo le comentaba que el mayor regalo que el Señor me había hecho al vivir en Estados Unidos no fue tanto la educación o el trabajo, que son cosas muy buenas que el Señor nos da en este país, pero yo he descubierto que lo más valioso que el Señor a mí me ha regalado aquí, ha sido un lugar en su Iglesia. Porque podríamos estar aquí, haciendo dinero, teniendo una vida muy exitosa, haciendo cosas muy buenas, pero perdiendo el rumbo de este llamado, esta sed que tenemos dentro todos de vida eterna, en el fondo, de amar”.
Luego invitó a todos los presentes a que recuerden su llamado a la vida en gracia, a vivir y encontrar al amor que es Jesucristo. “Y por eso, vale la pena estar en la Iglesia, vale la pena transmitirles la fe a tus hijos, venir a Misa los domingos, reunirte con tu grupo parroquial, para encontrarte con este amor de Jesucristo”.
Finalmente, dirigiéndose a los jóvenes, les dijo: “Si el Señor te regala un lugar en su Iglesia, ¡defiéndelo! porque el mundo hoy en día te lo roba por todas partes. Si no es por los medios de comunicación, es por el mundo o por la universidad. Defiendan ese lugar que el Señor les dio en su Iglesia, y ya a partir de una vida cristiana surgirán las vocaciones.
Pero lo fundamental es el centro, es tu vida cristiana”.
El Padre Adrián permanecerá un par de semanas con sus padres, hermanos y familiares y después volverá a Perú para continuar con su misión.
— Sergio López