MOUNT AIRY — “El martes 5 de marzo, algo extraordinario sucedió en la pequeña parroquia Holy Angels en la ciudad de Mount Airy. Ocho hombres de la comunidad respondieron al llamado de servicio de al prójimo y su comunidad a través de la orden de los Caballeros de Colón. Esa noche, ocho hombres entraron a la ceremonia como amigos, como feligreses, y salieron unidos como hermanos bajo los valores de caridad, unidad y fraternidad”. Así se expresó Miguel Alejandro Flores, promotor de los Caballeros de Colón, un joven adulto al que conocí en 2007, cuando personalmente me encontraba coordinando el grupo juvenil de la parroquia Divino Redentor.
Flores tuvo un acercamiento personal con Cristo cuando viajó a la frontera a tramitar su estatus legal y se encontró con algunos misioneros que le guiaron en la fe. Al regresar a Carolina del Norte se transformó en un ejemplo de conversión, y siguió entregándose al servicio en la que era entonces su parroquia.
Hoy en día, Flores es un gran promotor de los Caballeros de Colón, un apostolado con historia, pero sobre todo con una gran preocupación por las familias hispanas. Él trabaja no solo en la Vicaría de Winston-Salem, sino que ha colaborado mano a mano con la formación del consejo de Caballeros de Colón de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte.
Flores, dos semanas antes, ya se había presentado en esta misma parroquia, ante una invitación del párroco, Padre Peter Nouck, quien solicitó al consejo de la parroquia Nuestra Señora de la Merced, en Winston Salem, a que presentara el movimiento a los fieles. Después de celebrar Misa, ese domingo 18 de febrero, varios hombres con sus familias escucharon el llamado a la orden y compartieron el pan con los invitados.
RESPUESTA AL DISCIPULADO
La parroquia Santos Ángeles tiene muy poca participación de los laicos. Desde hace ya algún tiempo involucra a un par de catequistas, ujieres y servidores, pero se mantiene la conciencia de que se tiene y se puede hacer más.
En Santos Ángeles, el consejo de los Caballeros de Colón estaba prácticamente desaparecido. La iniciativa de Flores y logró incentivar a algunas familias hispanas de la parroquia al agregarse a este apostolado.
Los hombres, al conocer la orden de los Caballeros de Colón y la visión del fundador, el Beato Padre Micheal J McGivney, respondieron al llamado a ser líderes en su comunidad y comprometerse a formar parte de la orden con las esperanzas de mejorar como hombres, esposos, padres, hermanos y fieles discípulos de nuestro Señor Jesucristo.
“Estos hombres hoy forman parte de la orden de feligreses más grande del planeta, que cuenta con más de dos millones de miembros a través del mundo. Los Caballeros de Colón fueron fundados en el año 1882, y desde entonces han sido, como dijo una vez el gran Santo Papa Juan Pablo II, ‘la fuerte mano derecha de la Iglesia Católica’”, declaró Flores.
Uno de los deseos de joven promotor es que las familias hispanas se beneficien del seguro que ofrecen los Caballeros de Colon, ya que en su apostolado, la ayuda a las familias de los miembros fallecidos es una prioridad.
Hace algunos meses ocurrió un incidente aquí mismo, en la ciudad de Mount Airy, cuando un hombre de nacionalidad mexicana fue asesinado a sangre fría por una persona armada.
Este hecho impactó mucho a la comunidad e hizo recapacitar a sus miembros que contar con este tipo de ayuda siempre es bueno para velar por la familia.
Respecto a la misión de los ocho nuevos integrantes, el promotor dijo que es la misma de todo discipulado, dejarse guiar por el Espíritu Santo y producir fruto, crecer en fraternidad y atender las necesidades de su comunidad.
Es verdaderamente encomiable la labor de Flores y de todos los miembros de los Caballeros de Colón de ir a la periferia a buscar a quienes de verdad necesitan una reevangelización.
“Mantengamos a estos hombres en nuestras oraciones y pidamos a Nuestro Señor Jesucristo y Santa Madre María que infunda el deseo en los corazones de más hombres que escuchen el llamado a un discipulado generoso al servicio al prójimo para obedecer el mandato de Nuestro Señor Jesucristo que dijo ‘En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis’ (Mateo 25:40)”.
— Sergio López