CHARLOTTE — Este mes de junio, siete hombres serán ordenados sacerdotes, uno de los grupos más grandes en dar este paso juntos por la Diócesis de Charlotte.
Todos son bienvenidos a asistir a la Misa de Ordenación a las 10 a.m. el sábado 15 de junio en la Iglesia San Marcos, 14740 Stumptown Rd., Huntersville.
Esta promoción reúne a hombres provenientes de diversas parroquias de toda la diócesis. Ellos son: Matthew Wayne Dimock Jr. de la parroquia Santo Tomás de Aquino en Charlotte;
Christian Joseph Goduti de la parroquia San Marcos en Huntersville; Matthew Philip Harrison II de la parroquia Sagrado Corazón en Salisbury; Kevin Rubén Martínez y José Alfredo Palma
Torres, ambos de la parroquia San José en Asheboro; Elliott Cade Suttle de la parroquia Santa María Auxiliadora en Shelby; y Kevin Michael Tran de la parroquia San John Neumann en Charlotte.
Los siete hombres recibieron recientemente su Maestría en Divinidad del Seminario y Escuela de Teología Mount St. Mary en Cincinnati, Ohio, el último paso académico de su formación.
El Diácono Dimock asegura que ha estado contando los días para ser ordenado sacerdote.
“Es todo lo que he querido, especialmente en estos últimos ocho años”, dijo. “Espero servir al pueblo de Dios. Espero con ansias escuchar sus confesiones. Tengo muchas ganas de celebrar
Misa para ellos y transmitir la tradición a los fieles”.
Cinco de los siete eran parte de las primeras clases en el Seminario Universitario San José para estudiantes que discernían una posible vocación religiosa antes de dar el paso de inscribirse en un seminario mayor para una formación sacerdotal más formal. Establecido en 2016, el seminario universitario está fomentando el crecimiento de vocaciones en la diócesis. Los estudiantes se enfocan en obtener una licenciatura en Belmont Abbey College, mientras experimentan una vida comunitaria de estilo benedictino en su camino de discernimiento.
El Diácono Martínez solicitó el ingreso al seminario en su último año de secundaria, sin saber si lo aceptarían tan joven o qué significaría ser parte del nuevo seminario.
“Crecí como católico de cuna y recibí todos mis sacramentos de iniciación en la misma parroquia”, dijo Martínez. “Pero había algo que hacía clic dentro de mí, este movimiento de la gracia de Dios. Diría que ahí es donde sentí que me faltaba algo en mi vida, y quería conocer más al Señor”.
El Diácono Goduti ha tenido varias experiencias memorables desde que se convirtió en diácono. También espera con ansias escuchar confesiones y celebrar Misa. Para prepararse para el sacerdocio, los seminaristas realizan prácticas de bautismos. Dijo que las pruebas no se comparan con la sensación de la primera vez que bautizó de verdad a un niño.
“Fue tan surrealista, especialmente justo antes de verter el agua y decir las palabras sobre la niña”, dijo. “En realidad estabas trayendo la vida de Dios a esta alma, y no era práctica. Era algo verdadero y fue increíble”.
El Diácono Palma Torres, quien nació en México y creció en la diócesis, dice que se encuentra cómodo y comprende ambas culturas.
“Llevaré a los fieles de la diócesis la capacidad de hablar ambos idiomas, español e inglés”, dijo Palma Torres. “Estoy listo para servirles, sin tener una barrera lingüística o cultural”.
Una vez que sea ordenado sacerdote, el Diácono Tran espera poder consagrar la Eucaristía dondequiera que vaya. Después de la ordenación, los diáconos Suttle y Tran viajarán a Japón.
El Diácono Suttle, que enseñó inglés en Japón durante cuatro años, está deseando volver a su parroquia japonesa y celebrar Misa.
El Diácono Suttle creció como metodista y se convirtió al catolicismo de adulto. Exploró el monasterio de la Abadía de Belmont, así como las carreras en informática y de piloto profesional de carreras, antes de que una conversación con el Padre Peter Shaw, párroco de la iglesia San José en Bryson City, le abriera los ojos a su vocación.
Al dejar Japón, el Diácono Suttle oró sobre sus próximos pasos y dijo que conversó lo que estaba sintiendo con el Padre Shaw, quien lo instó a ir al seminario.
“Eso es genial padre, pero no lo puedo hacer”, recuerda el Diácono Suttle que le dijo, “tengo planes, que es lo último que quieres decirle a Dios. Tan pronto como le di a esa idea algún tipo de espacio para crecer en mi mente, pude verme a mí mismo en él en el confesionario. Y supe en ese momento que aquí es exactamente donde Dios me está señalando que vaya”.
Después de su ordenación, los siete hombres servirán como sacerdotes de la Diócesis de Charlotte. Sus primeras asignaciones pastorales serán anunciadas al final de la Misa de ordenación.
“Tenemos una diócesis hermosa y en crecimiento”, dijo el Diácono Dimock.
— Kimberly Bender