WASHINGTON D.C. — Un grupo de sacerdotes, religiosos, jóvenes inmigrantes y activistas se reunieron en las afueras del Capitolio el pasado 6 de febrero para orar por los ‘soñadores’, cuyas vidas están en el limbo, y por los legisladores que tienen el poder de cambiar su situación.
“Hemos hecho todo lo demás ... ahora rezamos”, dijo la hermana Mary Ellen Lacy, religiosa de las Hijas de la Caridad, y señaló las muchas marchas y protestas que han tenido lugar en los últimos meses. “Realmente, en este punto todo está en las manos de Dios”, puntualizó.
El congresista Juan Vargas, D-California, se unió al servicio de oración como un compañero católico. “Es hermoso pedirle a María que interceda hoy, no solo por los ‘dreamers’, sino también por sus padres”, dijo.
Los beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) son inmigrantes traídos por sus padres de manera ilegal a los Estados Unidos cuando eran solo niños. Aproximadamente 800 mil han sido protegidos de la deportación en virtud de la orden ejecutiva firmada en 2012 por el entonces presidente Barack Obama. Sin embargo el problema es mayor, pues se considera que existen cerca de 1.8 millones de jóvenes ‘soñadores’, a quienes no alcanzó a cubrir DACA. Además, el programa debe concluir el 5 de marzo, a menos que el Congreso actúe para resolver el problema.
en acción
Más de 500 católicos participaron del Encuentro del Ministerio Social Católico, realizado del 3 al 6 de febrero en Washington DC. Durante esa conferencia discutieron asuntos sociales de importancia para la Iglesia Católica y se reunieron con varios representantes legislativos el 6 de febrero para abogar por el tema migratorio, en especial los jóvenes DACAmentados.
Eduardo Bernal, coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Charlotte, fue uno de los seis integrantes de la delegación de la Diócesis de Charlotte que estuvo presente en el Encuentro.
El grupo visitó el martes 6 las oficinas de los congresistas Thom Tillis y Richard Burr, donde se entrevistaron con sus asistentes para dar a conocer las solicitud de solución al tema migratorio de los ‘Dreamers’, la unidad familiar y la permanencia de los programas de asistencia humanitaria y de salud.
“Me he sentido muy orgulloso de participar, pues se puede apreciar que es la Iglesia la que está defendiendo los derechos del pueblo”, dijo Bernal, añadiendo que esta es una prueba más que Dios habla, pues a través de su Iglesia y sus 525 enviados, “Dios se dirigió a los representantes del país y les hizo conocer su sentir”.
— Catholic News Agency / César Hurtado