CHARLOTTE — Una pequeña casa localizada en Mount Holly aloja a una hermana y dos jovencitas en formación del movimiento ‘Apóstoles de la Palabra’, una misión establecida en 2013 en Charlotte, que ya había trabajado en el área desde 2004.
Eri Rodríguez, responsable de formación de la casa de mujeres y originaria de Laguna del Cofre, Chiapas, se interesó en el movimiento a los 19 años, cuando se le invitó a participar en un encuentro juvenil en su ciudad natal. Eri levantó la mano y decidió hacer el intento de vivir una nueva experiencia. “A mi papá le dije que me iba solo por cuatro meses, los que se han convertido en casi 22 años”, nos dijo sonriente.
La hermana nos aclara que no llegó por ninguna decepción o porque no encontró con quién casarse. “Estoy, con todas las dificultades que se encuentran en el camino, por un ideal de la que estoy convencida y luchando por la santidad”, nos aseguró.
¿Qué es Apóstoles de la Palabra?
La iniciativa surgió en 1968 en México, cuando el padre Flaviano Amatulli Valente, misionero Comboniano enviado a desarrollar la una revista misional, vio en La Chinantla, Oaxaca, la urgente necesidad de evangelización.
A inicios de los años 70 inicia la formación de jóvenes catequistas y misioneros laicos, enviándolos a las rancherías con el objetivo que sea el mismo laico quien evangelice a otros laicos.
En 1978, con el permiso del Obispo de Veracruz, Guillermo Ranzahuer, la comunidad logra establecerse, extendiendo el voluntariado misionero, al que respondieron numerosos jóvenes.
La hermana Eri refiere que la preocupación inicial del padre Amatulli fué la Biblia, pues “para muchos católicos, y es triste reconocerlo, la Biblia es aún un libro no conocido”.
En Charlotte
“Llegamos a Charlotte por providencia divina”, afirma la hermana Eri, “aunque el Padre Gabriel (Carvajal) fue de los primeros misioneros que llegó a Carolina del Norte en 1997, sin ser sacerdote, y dió a conocer la misión de Apóstoles de la Palabra en la Diócesis de Charlotte.
“Cuando era laico, tuve la suerte de tenerlo como párroco en la Diócesis de San Andrés Tuxla, Veracruz, donde me inscribí como catequista en los cursos que él organizaba”, refiere el padre Carvajal, Vicario de la Iglesia San Gabriel.
“Este movimiento tiene el carisma de ir a donde está la gente más apartada, más abandonada, donde el sacerdote ni siquiera puede llegar. Como dice Isaías, pude experimentar que hermoso es ver los pies del que corre por los montes llevando las buenas noticias a toda esa gente”, añade.
Pero el trabajo de Los Apóstoles no solo es ofrecer capacitación a laicos. Visitan parques, mercados de pulgas y tocan puertas casa por casa.
“Todavía nos falta mucho”, asegura la hermana Eri. “Es una bendición contar con una casa”, afirma, y espera que su tarea sea “como la levadura”, pues “esta misión es de todos”.
Si requiere mayor información, contacte a la hermana Eri al 209-626-0542 o escriba un correo a This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..
— César Hurtado, Reportero Hispano