El primer Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Mons. Mario Moronta; y el Arzobispo de Mérida, Mons. Baltazar Porras, calificaron de “régimen totalitario” y “grupo mafioso” al Gobierno de Nicolás Maduro; a la vez que denunciaron que hay personas que buscan alimentos en los desperdicios para paliar el hambre que se padece en el país.
En entrevista concedida a la cadena Cope el 17 de febrero, Mons. Porras aseguró que “en Venezuela no hay una dictadura tradicional, sino un gobierno que actúa como un grupo mafioso” que vive del narcotráfico, terrorismo y lavado de dinero.
“Porque las relaciones del Gobierno son con altos funcionarios vinculados no solo con grupos islámicos terroristas, sino también con ETA, que ha tenido un santuario en Venezuela, y la guerrilla colombiana que con toda su política de paz, de alguna manera se ha trasladado a Venezuela”, indicó.
Acerca del lavado de dinero, sostuvo que “el Gobierno venezolano no necesita en estos momentos ayuda de China ni de Rusia, sino de todo el dinero producto de todos sus ‘negocios’, muchos de ellos denunciados sin que se lleve a cabo ninguna medida”.
“En una situación como ésta lo que hay es un desprecio a la dignidad humana”, lamentó.
“No podemos ser egoístas ni cerrar los ojos ante esta realidad”, sostuvo.El también presidente de Cáritas Venezuela contó que existen miles de casos de niños que padecen desnutrición por falta de alimentos y el alza de precios.
En ese sentido, Mons. Baltazar Porras dijo que “no hay ciudad, no hay pueblo, donde no vea uno todos los días a gente de toda edad abriendo las bolsas de basura a ver qué consigue para paliar el hambre”.
“Esto no es denunciar algo en contra del Gobierno, sino que es una realidad que toca a nuestras puertas”, añadió.
Por su parte, Mons. Mario Moronta aseguró que los obispos venezolanos están con el pueblo y “han sido claros al decir” que están “en contra del régimen totalitario que se quiere seguir imponiendo en Venezuela”, según indica una nota de prensa difundida por la CEV el 19 de febrero.
Asimismo, al igual que Mons. Baltazar, aseveró que “sí existe hambre” porque “son muchas las familias que no logran satisfacer las necesidades básicas, y se quedan con una comida al día”.
“Ha crecido la desnutrición infantil y también entre adultos, sobre todo ancianos. El problema está en que no se consiguen los insumos, no hay producción y lo que se puede lograr conseguir es a un precio altísimo. Por ejemplo, una docena de huevos tiene el valor prácticamente de un salario mínimo; no se diga de la carne, del pollo y de otros insumos necesarios”, continuó.
En ese sentido, dijo que “es lamentable comprobar que en muchas partes hay personas que buscan restos de alimentos en los desperdicios que son echados para ser recogidos por el aseo urbano. Incluso en las grandes ciudades, a las afueras de los grandes restaurantes se consigue gente buscando lo que puedan conseguir para alimentarse algo”.
Sobre el trabajo de la Iglesia, comentó que vienen ayudando en lo que está a su alcance a las personas necesitadas.
“La crisis alimentaria va creciendo por la falta de insumos y por la carestía de lo que se puede conseguir. Hay zonas más golpeadas, sobre todo las del centro del país”, advirtió el Prelado.