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Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina
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WASHINGTON (CNS) - Algunos han llevado su indignación hasta la frontera entre Estados Unidos y México, mientras que otros han actuado más cerca de sus hogares, protestando acompañados por sus hijos y feligreses en ciudades y pueblos de los EE.UU.

Otros ofrecen voluntariamente sus servicios para asesorar o visitar a niños inmigrantes separados de sus padres o están oponiéndose públicamente contra esta práctica.

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De costa a costa, los católicos, incluyendo cardenales, obispos, religiosas y religiosos, sacerdotes, laicos y muchas hermanas de diversas órdenes y las organizaciones a las que apoyan, han estado entre algunas de las voces públicas más fuertes en todo el país en defensa de los inmigrantes. Esa defensa ha redoblado sus esfuerzos por reunir familias migrantes y exigir su trato humano.

"Algunos de estos casos son inhumanos, no bíblicos y antiamericanos", dijo el Cardenal Timothy M. Dolan ante una multitud de reporteros en la ciudad de Nueva York durante una conferencia de prensa realizada el 28 de junio y transmitida en Facebook por CBS Nueva York. "Me gustaría pensar que Estados Unidos acaba de experimentar una llamada de atención. Que nos estamos alejando un poco de nuestras raíces, de una actitud de bienvenida, hospitalidad y abrazo al inmigrante".

En las afueras de un tribunal federal en El Paso, Texas, donde cientos de manifestantes se habían reunido para hablar en contra de la separación y detención familiar a fines de junio, la hermana Simone Campbell, Hermana del Servicio Social, directora ejecutiva de la red de cabildeo de justicia social católica, se dirigió a la multitud usando las palabras del Libro de Miqueas: "¿Qué nos pide Dios? Actúa con justicia, ama tiernamente y anda humildemente".

"Nuestra nación está fallando a este mandato", dijo. "No estamos actuando con justicia. Como nación, no amamos. Nuestro liderazgo no es humilde. Debemos arrepentirnos y cambiar nuestro curso de acción".

El 26 de junio ella tuiteó que se dirigía a un campo de detención para entregar juguetes y libros a los niños, pero "no tuvo suerte" pues no se le permitió hacerlo.

El padre Tom Smith, un franciscano conventual que dirige un centro de retiros que ha albergado a 500 inmigrantes desde noviembre de 2016 en Nuevo México, tuvo la misma experiencia y se le negó la entrada a un centro de detención infantil en Texas el día del padre.

"Esta es una situación moral e inhumana", dijo el padre Smith en un comunicado publicado en un blog franciscano el 25 de junio. "Las Escrituras nos llaman a recibir al extranjero, a tratarlo como a nosotros mismos. Jesús en Mateo 25 declara claramente que la manera en la que tratamos a los demás es la manera en que seremos juzgados. ¿El enfoque actual de inmigración es cómo queremos que nos traten?".

"La tolerancia cero es vengativa e inmoral. Los funcionarios de inmigración ahora pueden decir que ya no estamos separando familias, pero ¿cuánto tiempo tomará unir a aquellos que ya están separados?"

Aunque la administración Trump dijo que temporalmente dejaría de separar a los niños de sus padres en la frontera, los católicos que defienden a los inmigrantes se preocupan por los planes inminentes de la administración para detener a los niños y sus familiares en campamentos en bases militares localizadas en Texas.

El 28 de junio, el Departamento de Defensa de Estados Unidos emitió un comunicado asegurando que había recibido una solicitud para "albergar y cuidar a una población familiar extranjera de hasta 12,000 personas" para el Departamento de Seguridad Nacional, que se ocupa de la detención de inmigrantes, ya que supervisa la aplicación de la Ley de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos. La solicitud, decía, era para "instalaciones de campamentos capaces de albergar a hasta 4,000 personas en tres ubicaciones separadas" en Texas, Arizona, Nuevo México o California.

Algunos de los niños que ya han sido separados han terminado en lugares como Nueva York, en hogares o refugios donde organizaciones como Caridades Católicas brindan apoyo legal para tratar de reunirlos con sus familiares o para proporcionarles bienestar emocional mientras esperan ser devueltos con sus familias.

Msgr. Kevin Sullivan, director ejecutivo de Caridades Católicas New York, quien estuvo presente con el Cardenal Dolan durante la conferencia de prensa, dijo que la organización estaba tratando de ayudar a las familias a lidiar con la tragedia de la separación e intentar tranquilizar a los niños que experimentaban dificultades como resultado de la experiencia traumática, al mismo tiempo que se aseguran de que reciban la atención médica que pudieran necesitar.

"Tenían un plan cuando vinieron a los Estados Unidos: estar con sus padres. Les han arrancado a sus padres", dijo.

El padre Smith dijo que aunque la administración planea detener a las familias como una unidad, eso no resolverá el problema de tratarlos de manera inhumana.

"Tenemos que respetar su dignidad. José, María y Jesús tuvieron que huir de su país de origen porque el rey Herodes amenazó con matar al niño Jesús", dijo. "¿Los enviaríamos de vuelta si vinieran a nuestra frontera y les diríamos 'lo siento, no los queremos a ustedes?'".

En Pensilvania, Chris Zurawski, un franciscano secular, dijo que se sintió alentado al escuchar que la homilía dominical de su pastor abordaba el problema de la inmigración como un problema provida.
La Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. ha pedido reiteradamente a los católicos que se comuniquen con sus representantes para respaldar cuestiones que la iglesia apoya, y que incluyen una postura contra el aborto como un problema pro-vida, pero también la inmigración como un problema pro-vida.
Aunque muchos católicos como Zurawski están expresando su apoyo a los inmigrantes, algunos van en contra de la postura oficial de la iglesia de darles la bienvenida.
A algunos en su parroquia, dijo, no les gustó el enfoque de su pastor para vincular la inmigración con el tema pro-vida y se marcharon durante la homilía cuando se les pidió que se involucren.
"Hay personas, no quieren escuchar esas cosas", dijo, en una entrevista el 29 de junio con Catholic News Services. "Yo lo veo desde un ángulo diferente porque soy un franciscano secular".