CHARLOTTE — Con desconfianza y reserva, un grupo de más de 10 niños, algunos de ellos en compañía de sus padres, se congregaron en un espacio al aire libre el pasado lunes 2 de julio para participar, por primera vez, en un cam-pamento bíblico de verano.
El ‘hielo’ se rompió pronto, después que un grupo de jóvenes hermanas de Apóstoles de la Palabra se acercaran a ellos y los invitaran a participar en divertidos juegos, en los que cantaron y rieron al tratar de seguir las poco a poco más y más complicadas indicaciones de las hermanas.
Luego, ya mas serios, pero siempre en un ambiente entretenido, los niños aprendieron en un abrir y cerrar de ojos los conocimientos básicos sobre la Biblia, sus partes, libros y cómo buscar citas en la Sagrada Escritura.
Los ojos adormilados y rostros serios del inicio se transformaron en sonrisas y miradas de atención, a medida que descubrían los conocimientos básicos de su fe.
tarea evangelizadora
Cumpliendo con el compromiso de llevar la Palabra a los lugares donde más se necesita de ella, el Ministerio Hispano del Vicariato de Charlotte, en asociación con la fraternidad misionera Apóstoles de la Palabra, llevan a cabo una serie de campamentos bíblicos de verano en diversos parques de casas móviles de la región.
Del 2 al 13 de julio estarán presentes en el parqueadero de trailas West Bloomfield, ubicado en las cercanías del aero-puerto, cumpliendo con la tarea de evangelizar a niños y adultos que residen en la zona.
Este es el tercer y último campamento de la temporada, aunque debido al éxito del mismo se espera que la experiencia se repita el próximo verano.
Margarita, ama de casa de origen mexicano y parroquiana de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, señaló que “con mucho gusto” prestó su casa como punto de encuentro para esta actividad. “Estando en la Iglesia, conversando con el Padre Gregorio y Eduardo Bernal, coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato, surgió la inquietud de poder realizar este campamento aquí, algo que ya habíamos conversado hace un tiempo pero no habíamos podido con-cretar”, dijo, para luego expresar su alegría por haber reunido un buen número de niños y padres que, gracias al pro-grama, podrán conocer más de su fe católica.
Según asegura Bernal, por diversas razones, solo uno de cada diez católicos asiste a la iglesia. Gracias a estos programas de proyec-ción a la comunidad, “en conjunto con las hermanas de los Apóstoles de la Palabra, estamos trayendo aquí, donde ellos viven, el campamento de Biblia de verano, que es regularmente una semana nomás. Pero en una semana se están sirviendo no solo a los niños sino también se está atendiendo a los adolescentes y a los padres de familia”, aclaró.
La hermana María Velázquez Díaz, quien provisionalmente apoya la Misión local de Apóstoles de la Palabra por la ausencia temporal de la hermana Eri Rodríguez, llegó desde la República Dominicana, donde habitualmente reside desde hace más de tres años conduciendo la Misión de esa área. La hermana señalo que, aunque a veces la misión es dificil, “como nos lo ha asegurado Jesús”, sin embargo, al saber que la órden viene de Él, estamos acostumbrados a todo”.
La hermana precisó que con el curso bíblico para niños se pretende que “desde muy pequeños los niños tengan conocimiento de la Biblia, se familiaricen con la Palabra de Dios”.
El curso, según explicó, tiene catorce etapas que cubren toda la historia de la salvación. Como guía se valen de textos producidos por la misma fraternidad misionera, los que tienen un precio muy módico “para que la gente sencilla pueda adquirirlos”.
Lo que se desea es que “todos tengan y que nadie, por el aspecto económico, se quede sin tener el libro”.
Respecto al trabajo iniciado, dijo que una vez que concluye el campamento “los padres deben de continuar con la tarea de formar a sus niños”.
“Hay muchos de los trabajos que encargamos a los niños que dicen ‘pide a tus papás que te ayuden’. Entonces hay muchos papás que se involucran y les surge la idea a ellos mismos de también conocer la Biblia pues, como nos han compartido, desde que los hi-jos participan, algunos padres aprenden mucho de ellos y también se interesan por estudiar la Biblia”.
“Para mí es muy importante que mis niños asistan a este campamento”, dijo la señora Ernestina, quien llevó a sus tres hijos al primer día del campamento bíblico de verano. “Empiezan a absorver todo el conocimiento ahora que están pequenõs y, para empezar, eso los va a hacer, desde chicos, muy seguros de su fe y va a mejorar su educación cristia-na”.
La ama de casa, originaria del estado de Durango, México, reconoce que en casa no incentiva mucho la lectura de la Biblia en sus hijos pero, a partir de ahora, “es un buen paso porque empezamos un compromiso y ya ellos van a verlo de otra manera. Más adelante ellos tomarán su camino y, gracias a esta formación, sabrán elegir qué ruta tomar y para dónde crecer”.
Finalmente, recomendó a los padres de familia que se involucren directamente en la educación religiosa de sus hijos como una for-ma de compensar la falta de formación espiritual en las escuelas públicas del condado. “Ahí no les enseñan nada de formación católica, de valores, por eso los papás y mamás estamos llamados a preocuparnos de ello”, puntualizó.
— César Hurtado, Reportero hispano