CHARLOTTE — Una jornada con dolor y lágrimas, pero más que nada con esperanza, se vivió en la noche de oración y acción por Venezuela realizada en la Iglesia San Gabriel el pasado sabado 7 de julio.
Un nutrido grupo de venezolanos y nacionales de otros países se presentaron con donaciones que entregaron antes de la celebración de la Santa Misa, programada para las siete de la noche.
Voluntarios, la mayoría de ellos identificados con camisetas blancas, se encargaron de recolectar los alimentos y medicinas destinados para el alivio del sufrimiento que vive el pueblo venezolano ante la escasez y, en el peor de los casos, inexistencia de artículos de primera necesidad.
Elvia Gordils, presidenta y fundadora de Venezolanos en Las Carolinas, afirmó que la situación que vive el pueblo venezolano “es tremenda”.
“Están sin alimentos, medicinas. Lo que consiguen es sumamente costoso”, dijo, poniendo como ejemplo que el sueldo mínimo es de tres millones de bolívares “y un cartón de huevos (30 unidades) ya está por los cuatro millones”, sin poder fijar un precio exacto ya que la inflación anual superó la escalofriante cifra de 2.600 por ciento en 2017, según un comunicado de la Asamblea Nacional de ese país.
‘Venezolanos en Las Carolinas’, un grupo organizado en 2001, lleva varios años denunciando los gobiernos dictatoriales del fallecido expresidente Hugo Chávez y el actual gobernante, Nicolás Maduro, que han llevado a Venezuela a una crisis económica, social y política nunca antes vista. En la mayoría de sus recientes actividades han solicitado la renuncia del presidente Maduro a través de cartas enviadas a la Organización de Estados Americanos, Naciones Unidas y varios presidentes de países hermanos.
Sin embargo, en la Misa, las consignas políticas quedaron atrás y se oró y actuó por un alivio para los hermanos venezolanos.
El oficiante, padre Fidel Melo, director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte, dijo en su homilía que “sin ser de derecha, de centro o de izquierda, estamos aquí para ofrecer ayuda espiritual y material a los hermanos que sufren en Venezuela”.
Más adelante señaló que en muchas ocasiones se vive una historia común en los pueblos pues ante la injusticia se generan movimientos de protesta, “pero cuando éstos llegan al poder repiten los mismos errores”. Ello, señaló, como consecuencia de la ambición desenfrenada sin coherencia ni respeto.
“En toda solución es importante que todas las partes salgamos beneficiadas. El gran problema de la humanidad es que la ambición domina al individuo o a lo grupos y entonces hay opresión ante la injusticia y las necesidades de los demás. Y la indiferencia ante una situación de ese tipo nos hace cómplices de la injusticia”, apuntó.
“Por eso nos hemos congregado hoy para orar y para actuar. No solamente en la oración, sino en la acción misma de donar algo”. Luego precisó que tenemos que orar “para que venga una situación más benevolente para la nación de Venezuela. Para que reine la paz, la concordia, que haya justicia, para que exista una esperanza, para que un grupo no esté oprimiendo al otro”.
El P. Melo fue acompañado en el servicio por el Diácono Alexander Vincent, quien asiste en la Iglesia Sta. Maria, en Laurinburg, territorio de la Diócesis de Raleigh.
El Diácono Vincent señaló que, a la par que en la lectura de San Pablo de ese día (1 Cor 12, 7b-10), que relataba sentir una espina en el corazón, “los venezolanos nos sentimos igual que él, con una espina en el corazón al mirar como nuestro pueblo sufre, las injusticias, los niños que mueren, la gente pasando hambre, al mirar a nuestro país en una situación en la que nunca la habíamos mirado antes. Pero nosotros como cristianos confiamos en el Señor. Sabemos que no nos abandona y que tiene grandes cosas para Venezuela”.
Comparando a los venezolanos en el exilio, aplicando el Evangelio (Mc 6, 1-6), en el que Jesús afirma que nadie es profeta en su tierra, sugirió que en este caso “tal vez el Señor nos necesita fuera de nuestro país para poder ser profetas y de esa manera poder ayudar a aliviar un poco la necesidad que vive nuestro país”.
Lo importante, añadió, “es recordar que después de la cruz viene la resurrección. Y así vendrán días de gloria, de paz, de reconciliación que es lo que deseamos para Venezuela”, por lo que en medio de este dolor “no podemos sentir más que misericordia, más que perdón. ¿Perdonar a quienes? A todos aquellos que de una manera u otra han dañado al país”.
Más donaciones
Gordils informó que la comunidad católica venezolana se reúne en la Iglesia San Gabriel desde febrero pasado, gracias a la apertura que han encontrado por parte de su pastor, P. Frank O’Rourke, y el P. Fidel Melo, quien actualmente reside en las facilidades de esa parroquia.
Contra todo pronóstico, y pese a la advertencia de Gordils de que “hoy veríamos algo muy pequeño”, la recolección superó las expectativas y se requirió el apoyo de más vehículos para trasladas las donaciones.
Adicionalmente a la entrega de medicinas y alimentos, el dinero recaudado en la colecta regular de la Misa, por indicación expresa del P. O’Rourke, fue destinado al mismo propósito.
La presidenta de ‘Venezolanos en Las Carolinas’ comentó que, para evitar la requisa de las donaciones por parte del gobierno, éstas son enviadas a una red de personas confiables que luego las entregan a Caritas de Venezuela. “Porque si lo enviamos a Caritas directamente, ya tenemos la experiencia, el gobierno se lo quita”, explicó.
La colecta realizada en la Iglesia San Gabriel es parte de una campaña mundial que la comunidad venezolana residente en el exterior realiza para colaborar con el alivio de la falta de alimentos y medicamentos. “Allá hace falta algodón, alcohol, todo, todo lo que usted menos imagina. Es un dolor tan grande que uno no halla como expresarlo. Saber de tanta gente y amigos que lo llaman a uno. Mira, me falta esta medicina, tengo cáncer. Y uno se siente impotente porque no puede ayudar con medicinas prescritas”, dijo entre lágrimas Gordils.
Si desea colaborar a aliviar el sufrimiento del pueblo venezolano puede llamar por informes a Elvia Gordils al teléfono 704-451-5939.
— César Hurtado, Reportero Hispano