CHARLOTTE — Este jueves 22 de noviembre se celebra Thanksgiving o el Día de Acción de Gracias que recuerda la cena de agradecimiento de un grupo de peregrinos con nativos, en la que se dio gracias a Dios por la abundancia de cosechas en el nuevo mundo, ocurrida en Plymouth, Massachusetts, en 1621.
Los peregrinos, cristianos protestantes que se separaron de la Iglesia de Inglaterra, habían llegado a Plymouth Rock el 11 de diciembre de 1620 a bordo del navío Mayflower. El primer invierno fue muy duro para ellos, pero en el siguiente otoño obtuvieron una buena cosecha y decidieron celebrarlo con una gran cena, incluyendo a los indígenas que les habían ayudado a sobrevivir el primer año.
Los hombres cazaron carne para la cena. No se sabe a ciencia cierta si los pavos de la región fueron parte de ella, ya que usaban el término ‘pavo’ para cualquier ave silvestre.
Aunque hoy no falta el pastel de calabazas para el Día de Acción de Gracias, son muy pocas las posibilidades que ese alimento formara parte del menú de la primera celebración. Las reservas de harina se habían usado, así que no había pan o pasteles de ninguna clase. Había suficiente cantidad de calabazas, porque crecían en el campo y ellos las comían cocidas. Tampoco había leche, sidra, papas o mantequilla. No había vacas para producir leche y la papa, recientemente descubierta, aún creían muchos que era venenosa.
La cena incluyó pescado, bayas silvestres, berros, langostas, fruta seca, maíz, almejas, venado y ciruelas.
El Día de Acción de Gracias fue proclamado oficialmente por el presidente Lincoln en 1863, para ser celebrado el último jueves de noviembre. En 1941 fue declarado oficialmente, por el Congreso de Estados Unidos, un día festivo, a celebrarse el cuarto jueves de noviembre.
PRIMERA CELEBRACIÓN
Cincuenta y seis años antes de Plymouth Rock, el 8 de septiembre de 1565, se ofreció la primera misa de Acción de Gracias en San Augustine, Florida. Un altar rústico que se levanta en la Misión ‘Nombre de Dios’ recuerda la Misa ofrecida por el Padre Francisco López de Mendoza Grajales, sacerdote diocesano y capellán de la flota española, a la que asistieron el Almirante Don Pedro Menéndez de Avilés, fundador de la ciudad, colonizadores, soldados e indígenas Timucuan.
El historiador John Gilmary Shea asegura que la Misa fue celebrada “para santificar la tierra y recibir las bendiciones del cielo antes de dar el primer paso para construir una habitación humana”.
Cuenta la historia que al término de la Misa los soldados españoles se despojaron de sus armaduras, los indios de sus lanzas y ambos grupos compartieron los alimentos. Se cree que los españoles aportaron guiso de ajo con carne de cerdo, garbanzos y aceite de oliva y los nativos contribuyeron con pavo silvestre, peces, mariscos, calabaza, frijoles y frutas.
Actualmente en la Misión se levanta la Capilla de la Virgen de La Leche y el Buen Parto, devoción traída desde España en 1603.
Según indicó uno de los guías del histórico lugar, “este es el sitio que Dios señaló con su dedo donde debía iniciar la evangelización de Norteamérica”.
— César Hurtado, Reportero Hispano
Oración por el Día de Acción de Gracias
Oh Dios, te agradecemos por esta tierra, nuestro hogar;
por el ancho cielo y el sol bendito,
por el salado mar y la corriente del agua,
por las inmensas colinas y los vientos que nunca descansan,
por los árboles y la hierba bajo los pies.
Nosotros te agradecemos por nuestros sentidos con los que escuchamos el canto de las aves,
vemos el esplendor de los campos de verano,
saboreamos las frutas de otoño,
nos regocijamos al sentir la nieve y respiramos el aliento de la primavera.
Danos un corazón muy abierto a toda esta belleza;
y guarda nuestras almas de ser tan ciegas que pasamos sin ver, incluso cuando la zarza común está ardiendo con tu gloria.
Oh Dios, creador nuestro, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.