CHARLOTTE — Se dice que el amor de Dios reina en el corazón de todos los santos, incluso hay quienes fueron asesinados por odio a este amor y son llamados mártires. Pero solo hay un santo que tiene la dicha de ser el patrón de los enamorados: San Valentín, a quien se le recuerda cada 14 de febrero.
Según dice una tradición, San Valentín arriesgaba su vida para unir en matrimonio cristiano a las parejas durante el tiempo de persecución.
Su celebración fue asociada con la creencia común durante la Edad Media, generalmente en Inglaterra y Francia, de que el 14 de febrero todas las aves escogen pareja y comienzan a aparearse.
En aquel tiempo existía la costumbre pagana de que los jóvenes sacaran por suerte nombres de jovencitas, en honor de la diosa del sexo y la fertilidad llamada Februata Juno, celebrada el 15 de febrero. Algunos pastores substituyeron esta costumbre, escribiendo nombres de santos. Así con el tiempo la fiesta sería cristianizada dando inicio al festejo de San Valentín.
Aunque San Valentín sigue siendo reconocido como verdadero santo de la Iglesia, muy poco se sabe sobre su vida, fuera del hecho de su martirio.
El amor de este santo sacerdote por Jesucristo y por defender el Sacramento del Matrimonio nos inspira a elevar el amor humano a las alturas del amor divino para el cual fuimos creados. Los cristianos debemos aprovechar esta fiesta para recuperar el sentido cristiano del amor y del matrimonio a la luz de Cristo.
El día de San Valentín se celebra de diferentes maneras en el mundo. En Estados Unidos se adoptó la costumbre a principios del siglo XVIII, mientras que en Brasil se saltan el 14 de febrero y en su lugar celebran el 12 de junio a San Antonio, santo patrono del matrimonio y del emparejamiento.
En el Reino Unido, las parejas se regalan flores, bombones y joyas. Por la noche suelen disfrutar de una agradable cena en un restaurante o una velada en casa a la luz de las velas.
En Corea del Sur y Japón en la fecha se ofrecen regalos a los hombres. El 15 de marzo, conocido como el Día Blanco, los hombres devuelven el favor con pasteles, dulces y flores.
En Filipinas se celebran bodas masivas y en Sudáfrica las mujeres se ponen un alfiler con el nombre de su enamorado en la manga de su camisa.
— Condensado de aciprensa