GASTONIA — Con cánticos, alabanzas y vivas a Cristo Rey, la comunidad de la parroquia San Miguel en Gastonia revivió la llegada de Jesucristo a Jerusalén realizando una procesión previa a la celebración de Domingo de Ramos.
El numeroso grupo de fieles, encabezado por el Padre José Antonio Juya, coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Gastonia y sacerdote de esa parroquia, caminó desde las instalaciones del Gimnasio de la Escuela San Miguel hasta ingresar al templo, para celebrar la habitual Misa en español del mediodía.
Una escolta, compuesta por miembros de los Caballeros de Colón, abrió paso a los feligreses que batían sus palmas al paso del sacerdote acompañado por acólitos que portaban una cruz y un incensario que despedía la especial fragancia.
No faltó un pequeño burrito y un pony que hicieron recordar el ingreso del Señor montado en el lomo de un burro.
Instantes antes del inicio del recorrido procesional, el Padre Juya resaltó la importancia de la conmemoración del Domingo de Ramos y señaló que esta fiesta “para nosotros representa cómo Jesús se hace presente en su pueblo, y más en nuestra vida personal también, que es el reto de todo cristiano, el llegar al Domingo de Ramos preparándonos para dar el paso al Viernes Santo y también dar el paso de la conversión en la Noche de Resurrección”.
Luego añadió que este “es el comienzo de cómo nosotros renovamos nuestra vida y nuestra fe en Jesucristo que dio la vida por cada uno de nosotros. Y a la vez también es la presencia activa de la Iglesia en el mundo que camina hacia la tierra prometida”.
Finalmente, subrayó que, al igual que ese pueblo que aclamaba al Señor, “hoy nosotros en este 2019 vamos cantando y alabando al Señor, pidiéndole que siempre seamos fieles en el caminar para ir hasta el cielo, siendo todos un solo corazón, una sola alma”.
Terminada la procesión, se dió inicio a la Santa Misa, en la que se recordó la Pasión del Señor, que corresponde al Ciclo C del Evangelio de San Lucas. Una lectura que el Padre Juya calificó de “maravillosa”.
María Elena Santín, catequista en San Miguel, dijo sentir mucha fuerza y fortaleza al venir al inicio de la Semana Santa “porque siento que de esa forma Jesucristo nos santifica día a día”.
Por su parte Mario Rivera, feligrés, señaló que el inicio de la Semana Santa, “que para nosotros es la Semana Mayor”, hay que comenzarla en gracia. “Yo aprendí la tradición en mi casa, de mis padres. En México, cada Domingo de Ramos íbamos con las palmas a hacer la procesión para el Santísimo en su entrada triunfante a Jerusalén montado en un burrito. Eso representa para mi mucha humildad y amor a Dios”.
—César Hurtado, Reportero Hispano
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