HIGH POINT — Más de 400 personas llenaron la capilla y el salón de reunión principal de Pennybyrn en Maryfield el 2 de junio para celebrar el 25 aniversario de la Adoración Eucarística Perpetua de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento.
La comunidad de cuidado continuo de jubilados, dirigida por las Hermanas de los Siervos Pobres de la Madre de Dios, ha acogido la Adoración Perpetua en su capilla desde 1994. Adoradores, amigos y simpatizantes asistieron a la misa en la Capilla de Maryfield, ofrecida por el capellán, Padre Jim Solari.
La celebración fue “muy significativa para mí”, dijo Anne Carr, miembro de la Iglesia Nuestra Señora de las Carreteras en Thomasville, una de las primeras en firmar como adoradora en el esfuerzo de oración 24-7.
La Capilla de Maryfield “es un tesoro diario para nosotros. Es un lugar de mucha paz”, agregó Carr.
Después de la Misa se llevó a cabo una Procesión Eucarística alrededor del óvalo del jardín de Maryfield, seguida de la entronización de la custodia en el altar y la bendición del Padre Solari.
La guardia de honor para la Misa y la procesión estuvo integrada por miembros de varios concejos de los Caballeros de Colón de la zona, entre ellos el Concejo Bishop Hafey 4507, el Concejo Cristo Rey 14767 en High Point y el Concejo Nuestra Señora 9249 en Thomasville.
La Adoración Eucarística Perpetua de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento comenzó en la Capilla Maryfield el 5 de junio de 1994, fiesta de Corpus Christi. Después de la celebración de la Santa Misa, a las 3 p.m. con el Obispo William G. Curlin de la Diócesis de Charlotte como celebrante principal y siete sacerdotes de parroquias locales como concelebrantes, hubo una procesión del Santísimo Sacramento alrededor del jardín de rosas que concluyó con la bendición en la Capilla a las 4 p.m. Después de la bendición, Nuestro Señor fue entronizado en la custodia y colocado en el altar, comenzando así la Adoración Eucarística en la Capilla Maryfield, la que continúa ininterrumpidamente hasta nuestros días.
“Ahora, recordando nuestros valientes comienzos, entendemos cómo el Espíritu Santo guió a nuestros líderes laicos para que tomen conciencia del tesoro de la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento en las vidas de tantas personas en el Triad”, señaló la lideresa de la Misión, Hermana Lucy Hennessy, SMG.
La Adoración Eucarística se inició en el área por iniciativa de Joe Lanham, feligrés de la iglesia Nuestra Señora de las Carreteras en Thomasville. Su entonces pastor, el padre John Murphy, OSFS, dio su bendición al proyecto y sugirió que Dick Kellenbarger, otro feligrés, ayude a presidir el comité para iniciar el esfuerzo.
La adoración comenzó en Thomasville con 12 horas de Adoración el cuarto sábado de cada mes. Los Caballeros de Colón de la parroquia y sus familias se unieron a la idea, y no pasó mucho tiempo antes de que se inscribieran 100 personas.
Gracias al estímulo del entonces Obispo John Donoghue, sacerdotes locales, líderes laicos y la intervención de la Divina Providencia, la comunidad pidió expandir la Adoración Eucarística a 24 horas, y la capilla de Pennybyrn en Maryfield resultó ser el lugar perfecto para ello.
Por 1994, cuando el obispo Curlin llegó a Pennybyrn, más de 400 personas se habían inscrito para participar al menos una hora por semana en la devoción Eucarística.
Además de Carr, Eileen Rohan y Colette Woelfel, de la iglesia Nuestra Señora de Gracia en Greensboro, y Edna Corrigan, de Inmaculado Corazón de María en High Point, han contribuido decisivamente en el esfuerzo de oración desde los primeros años, señala la hermana Lucy.
“Estos líderes, en cualquier caso, trabajaron mucho y duro durante semanas y meses antes que se abriera la capilla para asegurarse que hubiera un adorador por lo menos frente a Nuestro Señor cada hora del día y de la noche”, dice ella. “Pero los verdaderos héroes siguen siendo los adoradores, que se registran para pasar una hora a la semana para estar con el Señor en el Santísimo Sacramento”.
El flujo constante de tráfico desde y hacia la capilla, agrega, demuestra que cada vez más personas han sido atraídas a visitar al Señor en el Santísimo Sacramento, y que la Adoración Perpetua ha fomentado una vida de oración más profunda para aquellos que participan.
“Uno podría decir que las personas se han abierto al lado espiritual de lo que se ofrece aquí en Maryfield”, dice la hermana Lucy. “Tenemos muchos adoradores que se comprometieron al principio y que todavía están con nosotros. Un joven que nunca ha faltado a sus horas, sonrió y me dijo: ‘¡La paga es baja, pero los beneficios son excelentes!’ A muchas personas les gusta tener dos horas, porque la primera se va demasiado rápido”.
– Patricia L. Guilfoyle, Editor. Pennybyrn en Maryfield contribuyó en la nota.