CHARLOTTE — El pasado domingo 15 de septiembre, un numeroso grupo de residentes de origen venezolano se hizo presente en la Iglesia San Gabriel de Charlotte para celebrar la fiesta de la patrona de Venezuela, la Virgen de Coromoto.
Así, respondieron a la convocatoria de la asociación Venezolanos in the Carolinas que planeó el homenaje a la advocación en una Misa de acción de gracias que se llevó a cabo durante la Misa en español que programa esa parroquia regularmente cada domingo a las 6:30 de la tarde.
El celebrante, Padre Fidel Melo, destacó la devoción a Nuestra Madre en el nombre de la Virgen de Coromoto, especialmente en estos tiempos en que los ciudadanos de Venezuela atraviesan momentos de dificultad.
Al término de la homilía, Cecilia Arreaza, venezolana radicada en Charlotte, fue la encargada de dar una reseña histórica de la devoción.
Elvia Gordils, representante de la asociación organizadora, pidió una mayor solidaridad a los venezolanos residentes del área e informó que próximamente, en la misma iglesia, se realizará una colecta de alimentos no perecederos y medicinas básicas “que tanto necesitan los venezolanos oprimidos por un grupo criminal” que se ha enquistado en el poder en Venezuela.
Respecto al apoyo de la HR3744, una propuesta de TPS para Venezuela aprobada por la Casa de Representantes, dijo que espera que el Congreso la apruebe prontamente. “Por eso hemos estado recogiendo firmas al término de la Misa”, señaló, con el propósito de enviarlas en búsqueda de apoyo de los congresistas.
HISTORIA
Desde mediados del siglo XVII los religiosos capuchinos empezaron la evangelización de la comarca de Guanare. En una de las tribus indígenas evangelizadas se originó el culto a Nuestra Señora de Coromoto. Según cuenta la tradición, cuando se disponían los indios Cospes a ser bautizados, el Cacique Coromoto se negaba rotundamente a participar. En septiembre de 1651, el cacique se encontró con un vecino de la villa del Espíritu Santo, llamado Juan Sánchez y durante la conversación el indio le contó que una Señora muy hermosa se le había aparecido en una quebrada y le había dicho que recibiera el agua del Bautismo. Juan Sánchez le exhortó a seguir las indicaciones de la aparición y prosiguió su ruta.
Al mismo tiempo algunos niños, hijos de los conversos, confesaron que una Señora muy bella se les aparecía cuando iban a recoger agua. Esto hizo que los indios miraran con respeto aquel lugar y que utilizaran el agua que allí manaba para curar a sus enfermos. Sin embargo pasó un año y el cacique no daba muestras de querer convertirse a la fe cristiana. El 8 de septiembre de 1652, la Virgen se le apareció al cacique, en la misma puerta de su choza y según se cuenta éste la amenazó con su arco pero la Virgen le cegó con sus resplandores y desapareció, dejando en sus manos una pequeña imagen suya. Luego de esto el cacique se convirtió y se bautizó. Juan Sánchez al tener noticia del suceso, mandó recoger la imagen y desde entonces se la comenzó a venerar bajo el título de Nuestra Señora de Coromoto.
El 7 de octubre de 1944, el Papa Pío XII la declaró “Patrona de la República de Venezuela” y su coronación canónica se celebró tres siglos después de la aparición, en 1952.
— César Hurtado, Reportero hispano