MOORESVILLE — Con lo que llama “una introducción de la introducción a la introducción de una introducción al prólogo del libro de la Teología del Cuerpo”, Gustavo Mejía, profesor del Instituto Pastoral del Sureste (SEPI, por sus siglas en inglés), dictó tres conferencias sobre la Teología del Cuerpo en la parroquia Santa Teresa en Mooresville.
Mejía explicó que el término es algo novedoso “porque ahora se ha difundido mucho el tema”, pero en realidad “hace parte de toda la moral y ética de la Iglesia que nos ha acompañado por dos mil años, desde su fundación”.
Dijo que la Teología del cuerpo es un trabajo de San Juan Pablo II, “en 129 homilías en las que hace un estudio sobre el amor, la persona y la educación de la persona humana”.
Señaló que George Weigel, un renombrado comentarista católico adelantó en uno de sus escritos que “la Teología del Cuerpo es como una bomba de tiempo, que cuando explotara iba a sacudir toda la base de la catequesis”.
El expositor señalo que el principio básico para esta teología es el estudio antropológico. “Él (San Juan Pablo II) hace del hombre un tríptico, es decir lo divide en tres para entenderlo: el principio, que es cuando Dios lo crea; la historia del pecado a la redención; y finalmente el hombre en la comunión de los santos. También habla del matrimonio, la vocación y la dignidad humana”.
“San Juan Pablo dice que si queremos entender al hombre debemos abordarlo desde la versión completa, de forma adecuada, de forma integral”.
En contraparte, “nosotros estamos acostumbrados a entender al hombre en forma fragmentada: el cuerpo, el alma, la mente” y San Juan Pablo II dice que hay que entenderlo como una totalidad.
Respecto a las tres charlas que ofreció, para padres, jóvenes adultos y público en general, dijo que “lo que estamos haciendo hoy es un pequeño tocar, es una cosa demasiado chiquitica”, pues tiene (la Teología del Cuerpo) una profundidad infinita que no se limita a las 129 homilías sino que es inherente a todo el magisterio de San Juan Pablo II.
Consultado sobre el concepto actual del cuerpo en la sociedad de consumo, dijo creer estamos “recogiendo los residuos de lo que nos dejó la revolución sexual” y la “idolatría” del cuerpo se volvió contra el propio ser humano que “como cualquier ídolo que tiene, tarde o temprano termina por odiarlo”.
Aún más, precisó que, en su opinión, hoy estamos yendo en contra de nuestro propio cuerpo. “Ya ni siquiera es un ídolo y si soy hombre quiero ser mujer, quiero transformarlo. Si soy humano, quiero ser un perro, extraterrestre, figura. El ataque que tenemos tan directo al cuerpo me recuerda un nuevo libro de Christopher West que se llama ‘El eclipse del cuerpo’, donde se dibuja el momento final en el que nos vamos contra nosotros mismos”.
Mejía es optimista y está convencido que el proceso va a revertirse ya que en “el plan de salvación” sabemos que derrotaremos al enemigo. Lamentablemente señala que en el proceso histórico podemos perder muchas almas “si no nos empoderamos de ese tema, si no lo enseñamos, si no le hablamos a la gente”.
Tal es la razón de su proyecto ‘One body, spirit and mind’ en el que busca compartir estas enseñanzas para que “juntos podamos recobrar el verdadero significado del ser humano”.
La expectativa del programa de despertar en los auditorios la curiosidad, el deseo de querer aprender más, fue ampliamente cubierta en la sesión sabatina con los jóvenes adultos.
“Muy interesante, muy bueno, mucha información y han quedado muchas preguntas que vamos a investigar. De inmediato quisiera aplicarlo en adolescentes de mi parroquia”, dijo Ángela Acosta, de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte.
Eduardo Hernández de parroquia Inmaculada Concepción en Forest City, valoró el estilo sencillo y didáctico del expositor. “Es una herramienta que de seguro vamos a aplicar en el grupo juvenil de nuestra parroquia”, aseguró.
“Nos hemos enterado de cómo el pasado nos afecta y cómo debemos de ayudar a cambiarlo”, comentó Franccesca Crovetto, animadora del grupo juvenil de la parroquia San Miguel en Gastonia.
Mejía envió un mensaje a las personas que se encuentran confundidas respecto a su cuerpo. “Cualquier persona que se sienta que no quiere su cuerpo, que no quiere su identidad, lo primero que quiero decirle es que Jesús los ama, que son parte de la Iglesia, y que como parte de ella tienen derecho a conocer la verdad que los hará libres. Lo que la sociedad les está ofreciendo es una mentira que los hace esclavos de una ideología. Lo que la Iglesia les ofrece es la libertad de elegir ser lo que Dios quiere que ellos sean”, subrayó.
Las sesiones de Teología del Cuerpo fueron organizadas por la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Charlotte que dirige su coordinadora, Ibis Centeno.
— César Hurtado, Reportero hispano
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En www.facebook.com/CNHEspañol: Vea una entrevista a Gustavo Mejía, expositor de esta serie de conferencias