TAYLORSVILLE — La pandemia de Coronavirus afectó a todas las parroquias de la Diócesis de Charlotte y probablemente las comunidades más pequeñas, con menores recursos económicos, sufrieron un impacto mayor.
“Al comienzo no sabía qué hacer”, nos confesó el Padre José Camilo Cárdenas, párroco de la Iglesia Santísima Trinidad, en Taylorsville, una localidad situada sobre la carretera nacional 64, a medio camino entre las ciudades de Statesville y Lenoir, cuando en el mes de marzo pasado se canceló la celebración de Misas públicas en prevención del contagio de Covid 19.
“La gente empezó a llamar preguntándome si celebraría Misa”, relató el P. Cárdenas, por lo que decidió continuar celebrando Misa desde el templo. “Si va a celebrar, ¿me puede dar una sillita?”, fue luego el requerimiento. Entonces, siguiendo las guías de las autoridades estatales y nacionales, se abrió la posibilidad de realizar Misas presenciales con hasta 10 personas.
Los parroquianos, usando protección facial y manteniendo el distanciamiento social, completaron la capacidad limitada del templo, por lo que fue necesario habilitar un equipo de sonido en el salón parroquial para recibir otras 10 personas. Luego, ante una mayor demanda, colocaron parlantes para que quienes, al completarse la capacidad, pudieran escuchar Misa fuera del templo.
Sin embargo, el miedo de una comunidad expuesta al contagio por su trabajo en actividades consideradas esenciales hizo que muchos evitaran acercarse a la iglesia.
Fue entonces que, aunque siendo “una comunidad chiquita”, desearon “hacer sentir que todos son parte de ella y, de alguna manera, puedan estar presentes”, dijo el P. Cárdenas, por lo que decidieron iniciar un trabajo de difusión por internet.
“Todo comenzó con el trabajo de Magda, una colaboradora de la parroquia, que creó la página web”, contó Josefina Cáceres, de 28 años, quien reside desde los 10 años de edad en Taylorsville y sirve como lectora y miembro del grupo ‘Adultos jóvenes para Cristo’. “Queríamos ser capaces de contactar con las personas, informar sobre la celebración de sacramentos, dar la bienvenida a los nuevos feligreses y establecer la entrega de donaciones online”, añadió.
Ya con la página web, el siguiente paso fue iniciar las transmisiones online de las Misas en español e inglés.
Hace solo dos meses, con recursos limitados, mucho entusiasmo y utilizando un teléfono móvil, pudieron emitir su primera Misa por el canal de YouTube que crearon. Pese a los problemas técnicos causados por la falta de equipamiento y la pobre señal de internet con la que cuentan, la favorable respuesta de la feligresía los animó a continuar en el esfuerzo. Es así que consiguieron la colaboración de Lorenzo Ríos, un joven apasionado de la música y especialista en telefonía móvil.
“Los visité para ver lo que tenían. Hicimos una transmisión, pero se veía y escuchaba muy feo con la cámara de la computadora y el sonido del micrófono”, contó Lorenzo.
Con pocos recursos compraron una webcam y una tarjeta USB capturadora de audio, ambas muy económicas, logrando mejorar la señal que emiten, al utilizar al mismo tiempo sus teléfonos personales como ‘hot spots’.
Así, semanalmente transmiten las Misas dominicales en inglés y español para una comunidad que valora los esfuerzos de este pequeño grupo de voluntarios para mantenerlos en contacto con su iglesia local.
“En el futuro quisiéramos hacer una venta de comida para comprar una laptop que necesitamos, una mejor cámara, una buena tarjeta para video y audio y así ofrecer un mejor servicio a los feligreses”, afirma Josefina, quien ve un gran potencial de esta tecnología. “Más adelante nos gustaría tener un comité que se encargue del desarrollo y avance de las comunicaciones. No queremos quedarnos atrás nuevamente. Vamos a hacer todo lo posible para que Dios pueda seguir tocando los corazones de las personas en cada rincón de cada una de las casas de nuestros hermanos”.
Los voluntarios esperan que alguna persona se interese en ayudar económicamente al proyecto y les done el equipo que pueda hacer realidad sus sueños de mejorar el servicio comunitario que ofrecen. Además, a finales de este mes, “cuando mejoremos nuestro servicio de internet, comenzaremos a solicitar más voluntarios que nos puedan ayudar en la tarea”, anotó Josefina.
— César Hurtado, reportero
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