El Padre Mariasoosai celebra 40 años de ministerio sacerdotal
EDEN – El Padre Gnanapragasam Mariasoosai, pastor de la Iglesia San José de las Colinas, cumplió 40 años de ministerio sacerdotal el 10 de mayo. Recientemente compartió algunos pensamientos con Catholic News Herald sobre su vida al crecer en la India y cómo surgió y evolucionó su vocación en las últimas cuatro décadas.
CNH: ¿Es católico de nacimiento?
Padre Mariasoosai: Nací en una familia católica, rodeado de gente católica en un pueblo de la India.
CNH: ¿Qué nos puede decir de su vocación?
Padre Mariasoosai: Mi madre fue mi inspiración (en mi vocación). Mi madre era una mujer de gran fe y servicio, un modelo de santidad, sacrificio, comprensión, cariño y amor. Daba un buen consuelo a quien lo necesitaba.
Sus palabras clave para mí fueron: “Mira con tus ojos y haz con tus manos con fe”. Ella asistía todos los días a los servicios comunitarios de oración vespertina en la iglesia de mi ciudad natal. A veces enseñaba a los niños pequeños a rezar el rosario, a adorar a Jesucristo en la Eucaristía cuando el sacerdote levanta la Hostia y la Sangre consagradas, cómo servir a la Iglesia y cómo ayudar al sacerdote y a los pobres, entre otras muchas cosas.
Su estilo de vida me inspiró mucho para convertirme en un hombre de fe. Ella no solo me enseñaba los ejercicios espirituales, sino también observaba si lo hacía correctamente. Me pedía que orara con ella todos los días, inmediatamente después de la oración vespertina de la comunidad de la iglesia.
Crecí bajo el cuidado, amor y protección de mi madre. Ella me nutría espiritualmente en todos los aspectos.
También estaba creciendo física, espiritual y mentalmente en un ambiente familiar católico. A los 13 años, un seminarista llamado Peter, que vivía en mi ciudad natal, vino a casa, habló con mi madre, y me señaló con el dedo pidiéndole que me enviara a la formación sacerdotal.
Durante su conversación, sentí el poder del Espíritu Santo empujándome y llevándome a nuestra sala de oración dentro de la casa. Recité las oraciones Alma de Cristo y Recuérdanos, Santísima Madre de Dios, y me llené de alegría frente a cuadros religiosos.
CNH: ¿A qué seminario asistió y dónde fue ordenado?
Padre Mariasoosai: Durante mi formación en el seminario obtuve un bachillerato en filosofía en la Universidad de Madurai, India, y una licenciatura en teología en San Pablo, Trichy, India. El Arzobispo Justin Diraviam me ordenó sacerdote para la Arquidiócesis de Madurai, India, el 10 de mayo de 1981.
CNH: ¿Dónde ha servido durante los últimos 40 años?
Padre Mariasoosai: He ejercido felizmente mi ministerio sacerdotal para la Arquidiócesis de Madurai, sirviendo como pastor en varias parroquias, en el colegio de consultores del obispo, como vicario para 19 parroquias, como miembro de la Junta de Educación Diocesana para las escuelas de la Arquidiócesis de Madurai. Estuve tan felizmente ejerciendo mi oficio sacerdotal en estas diversas áreas durante 19 años. Luego fui a Jamaica por tres años para explorar experiencias pastorales fuera de mi país. Todo en mi vida fue hecho por Dios. Luego vine a Carolina del Norte y fui enviado a servir en Eden, en la Diócesis de Charlotte, el 6 de junio de 2003. Luego fui nombrado administrador de la Misión Nuestra Señora de los Ángeles en Marion, el 18 de septiembre de 2003; luego asignado a la Iglesia Cristo Rey, en High Point; y ahora soy pastor de la Iglesia San José de las Colinas en Eden.
CNH: ¿Qué es lo que más disfruta de su ministerio sacerdotal?
Padre Mariasoosai: Estaba y estoy muy feliz de que Dios me haya llamado a ser uno de sus instrumentos para llevar a cabo su misión en la Tierra. Estaba y estoy muy feliz de servir al Pueblo de Dios durante 40 años. Estoy muy feliz de ver el poder santificador y sanador de Dios obrando a través de mis manos para el Pueblo de Dios todos los días de mi vida.
Particularmente, cuando estaba sirviendo en la Iglesia San Pedro y San Pablo en Kingston, Jamaica, pude sentir y experimentar externamente el poder del Espíritu Santo pasando a través mío a las personas que venían en busca de bendiciones después de una Misa de sanación.
Cuando escuchaba confesiones en nuestro Congreso Eucarístico Diocesano, estaba muy feliz de oír decir a la gente que estaban muy felices, se sentían curados y muy en paz después de confesarse conmigo. Estoy muy contento de ser un instrumento de Dios para el pueblo ejerciendo mis ministerios sacerdotales encomendados a mi cuidado.
Todos los días digo Misa con profunda devoción, sintiendo dentro de mí que esta es mi última Misa. Siempre estoy muy agradecido a Dios por Sus maravillosas bendiciones, y por cubrirme con Su misterioso poder. Que Dios me bendiga y bendiga a todos los sacerdotes de la Diócesis de Charlotte.