LIMA, Perú — Nadie acusaría jamás al Padre Raymond Portelli de holgazán. Sacerdote diocesano originario de Malta, ha vivido y trabajado en la Amazonía peruana durante casi tres décadas.
Ha dirigido numerosos programas en su parroquia en la ciudad de Iquitos y ha ministrado a comunidades indígenas en el departamento de Loreto, donde se encuentra la bulliciosa ciudad de medio millón de habitantes. El COVID-19, que azotó a Iquitos al principio de la pandemia, sobrealimentó su ya abarrotada vida como sacerdote, profesor y médico. "Mi vida cambió drásticamente con el brote de COVID. Desde marzo de 2020, soy médico en la mañana, profesor en la tarde y sacerdote más tarde en el día y en la noche. Todo se ha intensificado", dijo. El Padre Portelli quería ser médico cuando era niño, pero algo cambió cuando estaba terminando la secundaria y preparándose para la universidad. "El Señor mezcló todo, y yo tenía el llamado a ser sacerdote. Se convirtió en mi prioridad y siempre será la prioridad", dijo.
Catholic News Service