Nuestra Señora de la Merced después de 34 años
Los frailes franciscanos fueron agasajados con una despedida al término de la última Misa que celebraron en Nuestra Señora de la Merced. “Los frailes apoyaron los esfuerzos del V Encuentro Nacional de Ministerio Hispano de donde pudimos aprender, juntos como iglesia en salida, las grandes necesidades a las que nos enfrentamos como pueblo sacerdotal, profeta y rey. Hasta el día de hoy seguimos con estos esfuerzos”, dijo Alex Moreira, ex coordinador del ministerio hispano de esa parroquia. (Foto cortesía María Cruz)WINSTON-SALEM — El 29 de agosto, feligreses de Nuestra Señora de la Merced y la Misión Nuestra Señora de Fátima se despidieron de los frailes franciscanos que guiaron ambas comunidades de fe durante los últimos 34 años.
Los Franciscanos Conventuales llegaron a la parroquia en 1987, siendo el Padre Canice Connors el primer párroco.
“Durante los últimos 34 años, los frailes de la Provincia de Nuestra Señora de los Ángeles hemos tenido el privilegio de vivir, trabajar y edificar iglesias con su comunidad de creyentes en Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora de Fátima”, dijo el ministro provincial de la orden, el padre franciscano conventual James McCurry, en una carta dirigida a los feligreses antes de la partida de los frailes.
“Nos sentimos honrados que la Diócesis de Charlotte nos haya confiado su cuidado pastoral durante tres décadas y media”, agregó.
La Iglesia Nuestra Señora de la Merced organizó una celebración de despedida el último domingo antes de que los frailes dejaran la parroquia. En la Misa de celebración estuvieron el Padre Carl Zdancewicz, párroco, y sus compañeros frailes - los Padres Dan Pal, vicario parroquial y Joseph Angelini, además del vicario provincial, Michael Heine.
“Los frailes franciscanos estamos agradecidos por los muchos años de ministerio aquí en Winston-Salem”, dijo el padre Zdancewicz, quien fue pastor durante los últimos siete años. “Hemos hecho muchos amigos y, con suerte, a través de nuestro estilo de vida sencillo, hemos sido buenos ejemplos de ‘franciscanismo’ para nuestros feligreses”.
Entre los influenciados por los frailes se encuentran los miembros de los Franciscanos Seglares locales, una comunidad de laicos formada como una “tercera orden” dentro de los franciscanos.
“Los frailes franciscanos han sido un gran apoyo para nosotros, como tercera orden de nuestra fraternidad, en su devoción, compañerismo, oración y amor por nosotros como franciscanos seglares. Se les echará mucho de menos ”, dijo la franciscana seglar Barbara Robles, ministra de la Fraternidad de Santa Clara en Winston-Salem.
María Cruz, secretaria del Ministerio Hispano de la parroquia, dijo que extrañará la humildad, servicio y proyección a la comunidad de los franciscanos. Llegada hace 11 años la región, expresó que la calidad y preocupación por la formación espiritual de los fieles que expresaron los sacerdotes salientes era impresionante. “Nos daban cursos bíblicos, talleres para que estuvieramos preparados, tuvieramos conocimiento y maduráramos en nuestra fe”; además, el Padre José, “era casi como nuestro fotógrafo que siempre estaba presente en todos los eventos” y luego, “se tomaba el tiempo de visitar a cada uno de los que aparecíamos en las fotos, y tenía el detalle de regalarnos una copia de ellas”.
Cruz también destacó el papel de los sacerdotes durante la pandemia, cuando recibieron en sus hogares cartas enviadas por ellos en las que expresaban su preocupación por la salud por física y espiritual de los fieles, siempre animándoles a seguir adelante.
Por su parte Alex Moreira, joven que sirvió como coordinador del ministerio hispano de la parroquia por tres años y que asistiera como delegado al V Encuentro por la Diócesis de Charlotte, dijo que los frailes fueron instrumentales para su desarrollo como laico comprometido. “Me alentaron y apoyaron en todo momento para tomar formación con SEPI y los programas diocesanos. Esta formación me ayudó a establecer una comunicación abierta con los frailes sobre las necesidades de la comunidad hispana en la parroquia” y a “navegar dos realidades culturales bajo una pastoral de conjunto”.
“Gracias a los frailes por su amistad y servicio a nuestra comunidad de Nuestra Señora de la Misericordia. Que Papá Dios los bendiga en sus nuevos ministerios”, finalizó.
Nuestra Señora de la Merced y la Misión Nuestra Señora de Fátima son ahora servidas por dos sacerdotes diocesanos designados por el Obispo Peter Jugis: Padre David McCanless, párroco, y Padre Alfonso Gámez, vicario parroquial.
— SueAnn Howell y César Hurtado, Catholic news herald