“Después de dos noches de violencia en la Ciudad de Charlotte, les pido al medio millón de hombres, mujeres y niños católicos de la Diócesis de Charlotte a que se unan a mis oraciones.
Oremos por la paz y la justicia, no solo por las víctimas de la violencia en Charlotte, sino por todas las victimas alrededor del país.
Oremos por todos los miembros de las organizaciones policiales que han sido víctimas de la violencia injusta.
Oremos por todos los hombres y mujeres de buena-voluntad para que sean instrumentos de la harmonía y de la siempre-brillante Luz de Cristo en nuestros barrios, lugares de trabajo, escuelas y lugares públicos.”