PICKENS — El pasado fin de semana del 17 al 19 de marzo se realizó un multitudinario retiro del grupo apostólico ‘La Familia Emaús’ para damas en Table Rock Wesleyan Camp and Retreat Center en Pickens, Carolina del Sur.
El viernes 25 dio inicio el turno de los hombres en la misma ubicación.
A ambos encuentros acudieron participantes de las diversas parroquias de toda la diócesis con el objetivo de tener un encuentro personal con Jesucristo para luego colaborar y envolverse con mayor decisión en las actividades de sus respectivas parroquias.
El Padre Julio Domínguez, vicario episcopal del Ministerio Hispano y director espiritual del grupo, dijo que los encuentros los vivieron “llenos de alegría y entusiasmo después de la pandemia que vivimos”.
“Ha sido un encuentro muy emotivo y edificador, pues tanto los participantes al encuentro como los servidores del retiro vivieron una experiencia muy profunda de encuentro con el Señor. La alegría se notaba en todos los servidores, hombres y mujeres, y cuando se les preguntaba cómo se sentían, su respuesta era de que ya les hacía falta esta actividad para poder reiniciar, con mucha esperanza, la actividad misionera de este grupo apostólico”.
Los participantes, por su parte, dejaron bien en claro que necesitaban este encuentro. Muchos de ellos, viniendo de experiencias frustrantes, como la muerte de familiares, el confinamiento y las tensiones financieras, daban las gracias por ayudarles a sobrepasar estos momentos de mucha incertidumbre y depresión.
Freddy García, coordinador asistente del Padre Julio Domínguez, dijo que los retiros de la Familia Emaús se basan en el tierno encuentro del hijo pródigo que está alejado de su casa y retorna al hogar de su Padre amoroso.
Los participantes, dijo, son atraídos por el testimonio de los servidores. “Cuando llegan, hombres y mujeres, todos dudosos, pueden ver la alegría que viven sus servidores y encuentran, gracias a ello, el sentido del amor de Dios”.
El mayor fruto que se aprecia tras el término del encuentro es que muchas parejas regularizan su estado matrimonial, lo mejoran y se integran a sus comunidades y parroquias. Luego, gracias a su acercamiento espiritual, se ofrecen como servidores en los distintos ministerios de sus parroquias.
En su caso, refirió García, vivió el encuentro hace once años y, aunque ya se encontraba trabajando por el ministerio de Dios, le sirvió para encontrar una vida cristiana más plena a nivel personal y familiar a través del servicio, la evangelización y la búsqueda de mayor formación. “Todos en casa, teniendo como base a
Dios, hemos alcanzado un grado más íntimo como familia”, precisó.
Respecto a ‘La Familia Emaús’, uno de los movimientos apostólicos más activos de la diócesis, el Padre Domínguez dijo que “cada movimiento eclesial tiene su misión dentro de la iglesia y son una riqueza del Espíritu Santo”, pidiendo luego “que todos sigamos siendo parte de esta evangelización de nuestra diócesis, animándonos unos a otros en la extensión del Reino”.
‘La Familia Emaús’ se ha extendido desde Hickory a numerosas otras comunidades en las ciudades de Newton, Hickory, Lenoir, North Wilkesboro, Charlotte, Kannapolis, Huntersville, Salisbury y más. Es diferente al movimiento Emaús que tuvo sus orígenes en el estado de Florida a fines de la década de 1970, en la parroquia St. Louis en Miami.
— César Hurtado, Reportero