CONCORD — Después de dos años de paralización por motivo de la pandemia de COVID-19, el pasado de 4 de junio retornó la alegría del festival Saint James a la parroquia Santiago el mayor, que registró una asistencia multitudinaria al congregar no solo a sus parroquianos sino a toda la comunidad del área.
El Padre Fabio Marín, director del ministerio hispano parroquial y pastor de la Iglesia San José en Kannapolis, dijo que el exitoso festival fue producto del arduo trabajo del comité de actividades que, en conjunto con el grupo de arte parroquial, “inició con una anticipación de tres meses”, tomando en cuenta “hasta el más mínimo detalle”, logrando que el evento estuviera “a pedir de boca”.
“Fue una noche de luces y colorido, música y danzas, arte y fina programación para el deleite de niños, jóvenes y adultos”, añadió.
El festival, que dió inicio a las 7 de la tarde, contó con la participación de grupos de danza, musicales, la presencia de delegaciones promotoras de salud comunitaria, bomberos y policía, además de puestos de información comercial.
“Sin lugar a duda la presencia de un gran público del Sur, Centro y Norte América hizo de esta actividad un gran encuentro multicultural en donde todos pudimos disfrutar de los diferentes platillos y antojitos de nuestras tierras, las tradicionales y modernas danzas internacionales y la música de todos los tiempos que agradaron los oídos y alegraron los corazones de todos los participantes”, señaló el Padre Marín.
No faltaron puestos de caritas pintadas, venta de obras de arte, juego de bingo y delicias en alimentos y bebidas de toda latinoamérica.
La señora Roberta Hernández, actual reina del festival de Saint James, elegida hace dos años, ceñía la banda que se le entregó en 2019. “Estoy muy contenta de que se realice nuevamente el festival, lo extrañábamos, como comunidads lo necesitábamos”, dijo mientras atendía uno de los puestos de venta de comida.
Un efectivo servicio de regulación de tránsito y asistencia para el estacionamiento de los coches facilitó la entrada y salida de los numerosos asistentes al evento.
“Agradecemos a Dios el haber podido tener este agradable espacio de culturización, entretenimiento y recreación. Agradecemos a los animadores, cantantes, músicos, danzantes, en fin, a todos los que desde el amplio escenario participaron mostrando al público los dones con los que Dios nos ha enriquecido”, dijo el Padre Marín.
Agradeció además, “a todas las personas que tuvieron la oportuna iniciativa de asistir al evento y de disfrutar de todo lo que con mucho amor prepararon los
organizadores”, y adelantó una cordial invitación a toda la feligresía de la diócesis a la celebración del ‘Día internacional del tamal’, un festival culinario que esperan celebrar el próximo 5 de noviembre.
Otra ocasión para marcar el calendario y que no debemos dejar pasar.
— César Hurtado, Reportero