MORGANTON — La Renovación Carismática de la Diócesis de Charlotte llevó a cabo su Décimo Congreso de Servidores reuniendo casi un millar de participantes en la escuela media Walter R. Johnson en Morganton.
La jornada de dos días de duración se realizó del sábado 8 al domingo 9 de octubre y contó con la presencia del reconocido predicador católico Salvador Gómez y la animación musical del ministerio Ríos de Agua Viva de Asheboro.
El tema del congreso se centró en el lema de la celebración del 50 Aniversario de fundación de nuestra Diócesis de Charlotte, “La fe es más preciosa que el oro”.
El predicador Gómez, de origen salvadoreño y ampliamente conocido por los fieles hispanos de la diócesis y de toda Latinoamérica, disertó sobre el valor de la fe, la importante presencia del Señor en nuestras vidas, la adoración y la duda de los católicos, la presencia real de Dios en la Eucaristía, así como el proceso de liberación, misión y servicio al que todo el pueblo de Dios está llamado.
El coordinador de la Renovación Carismática de la Diócesis de Charlotte, Belisario Solórzano, agradeció la colaboración de la comunidad de Morganton que les dió la bienvenida para este congreso que “es una fiesta para agrupar a todos los grupos de acción de nuestra diócesis”.
Especial carisma
Respecto al especial carisma de la Renovación Carismática, Solórzano dijo que todos quienes seguimos a Dios contamos con uno y es nuestro deber ponerlo a servicio de la comunidad. “El carisma no es para cada uno, el carisma no santifica a las personas, el carisma el Señor nos lo da para poder servir a la comunidad, para poder otorgarlo a la Iglesia”, subrayó.
El coordinador dijo que, tras los orígenes de la Renovación Carismática en Estados Unidos, “hoy somos millones de millones de católicos carismáticos dentro de la Iglesia que hemos tenido una conversión personal, que hemos tenido un encuentro personal con el Señor Jesús. Nuestra misión es evangelizar para que otras personas también puedan conocer lo que nosotros en un día hemos conocido”.
La señora Marta Mendoza, feligresa de la parroquia San Carlos Borromeo en Morganton y natural de Aguacatán, Huehuetenango, Guatemala, es miembro de la
Renovación Carismática desde su país de origen. “Me gusta porque tiene mucho movimiento, alaba a Jesús y nos ayuda mucho a nosotros”, dijo.
Albita Macario, de Concepción Tutuapa, San Marcos, Guatemala, dijo que asiste al congreso para saber más de Dios y crecer más en la fe. “A veces damos más tiempo al trabajo a las cosas que no valen la pena, entonces ¿por qué no dar más tiempo a Dios?” La feligresa destacó el avivamiento de la Renovación
Carismática, “uno aplaude, alaba a Dios, y se siente más la presencia del Espíritu Santo”, dijo.
La realización de este importante congreso fue suspendida durante la pandemia de COVID-19, “y gracias a Dios este año lo estamos haciendo realidad”, dijo
Belisario Solórzano, señalando que, de no mediar inconvenientes, estarán celebrando ininterrumpidamente futuras ediciones anuales de este evento, “pues es una manera de evangelizar a todas las personas, participen o no en las actividades de la Iglesia”.
— César Hurtado
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