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Catholic News Herald

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 La celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.

Este año la fiesta se celebra el domingo 20 de noviembre, una semana antes del primer domingo de Adviento, tiempo de preparación para recibir la llegada del niño Jesús.

La Solemnidad de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

¿POR QUÉ JESUCRISTO ES REY?

Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que reina en las inteligencias de los hombres porque Él es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de Él y recibir obedientemente la verdad.

Reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en Él la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos.

Reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie, entre todos los nacidos, ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.

Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí” (Jn 18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce.

LA GUERRA CRISTERA

En México, entre 1926 y 1929, se desató un conflicto armado llamado la Guerra Cristera.

El Presidente Plutarco Elías Calles promulgó una legislación anticlerical que redujo el número de sacerdotes, prohibió las manifestaciones públicas de fe, obligó al clero vestir de civil, sólo permitía celebrar Misa una vez a la semana, y expropió las propiedades de la Iglesia, entre otras medidas.

Miles de católicos se levantaron en armas para defender su fe, siendo miles de ellos encarcelados y ejecutados. Se estima que fueron 250 mil personas las que perdieron la vida en esa guerra en ambos bandos.

Durante la Guerra Cristera, el ejército católico se consagró a Cristo Rey y por ello fueron llamados “Los Cristos Reyes” o “Cristeros”. “¡Viva Cristo Rey!” era el grito de resistencia y la jaculatoria de los mártires.

Entre los más de 20 mártires de la Guerra Cristera se encuentra José Sánchez del Río, el niño cristero, canonizado por el Papa Francisco en octubre de 2016. José solo tenía 14 años cuando fue apresado y asesinado durante el enfrentamiento.

— Condensado de ACI Prensa