diofav 23

Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina
Pin It

CHARLOTTE — Según los Centros de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la depresión afecta a uno de cada diez habitantes del país y puede afectar de forma negativa el curso y el resultado de afecciones crónicas comunes, como la artritis, el asma, la enfermedad cardiovascular, el cáncer, la diabetes y la obesidad. La depresión también puede provocar aumentos de ausentismo laboral, incapacidades a corto plazo y descenso de la productividad.

Según la misma fuente, tienen mayor tendencia a la depresión las personas entre 45 y 64 años; las personas afroamericanas, los hispanos, las personas de otras razas o de razas múltiples; las mujeres; las personas que no han completado la educación secundaria; las personas que han estado casadas previamente; las personas que no pueden trabajar o están desempleadas; y las personas sin cobertura de seguro de salud.

Sabiendo que especialmente en los migrantes, alejados de sus tierras de origen y, en ocasiones, imposibilitados de retornar por diversas razones, la sensación de aislamiento y soledad puede incrementar la depresión durante la temporada navideña y de fiestas de Año Nuevo, consultamos a Gloria Restrepo y Angélica Hurtado, coaches profesionales certificadas y fundadoras de Balance Coaching Life Center, compañía que brinda asistencia regular a la Pastoral de Salud del Vicariato de Charlotte en sus conferencias presenciales y online.

Ellas aseguran que estas ‘depresiones estacionales’ se presentan más en las mujeres ya que, “se apegan más a sus vivencias y creencias adquiridas desde la infancia”.

“Es importante aprender a aceptar que se tiene estas caídas emocionales, a las que llamamos depresión pero que en realidad pueden ser nostalgia o añoranza. Hay que buscar alternativas que sustituyan esa carencia. Por ejemplo, si la persona no cuenta con familia, buscar amigos que ayuden a subir el ánimo y sirvan de fuente de distracción”, añadieron.

Si la persona sabe que tiene estos sentimientos, dijeron, puede buscar ayuda profesional para soltar esa carga emocional. “Si le es difícil, puede hacer actividades fuera de casa, ir a la playa, al campo, hacer ejercicios físicos. Aprender ejercicios de respiración guiada es muy recomendado para bajar las tensiones acumuladas en estas fiestas”, aseguraron.

También advirtieron que la presión social de las campañas publicitarias que tratan de transmitir la necesidad o el ‘deber’ de estar felices y en familia pueden generar, en aquellos que no ‘encajan’ con este ideal, sentimientos de inseguridad, baja autoestima, desmotivación que, dependiendo de la personalidad, puede degenerar en problemas de insatisfacción general.

Finalmente, recomendaron que, si deseamos ayudar a una persona con ‘melancolía de navidad’ podemos prestarle atención con escucha activa, proponerle ir al cine, a comer, a pasear, integrarla a grupos, fomentar relaciones con la familia, compartir con juegos, recordar experiencias gratas del pasado.

“Recurrir a recuerdos positivos, escribirlos y volverlos a vivir para que su mente y su cuerpo se alineen con esos sentimientos y sensaciones positivas. La tendencia es recordar solo lo negativo. Escucharlos ayudará a que vayan recordando que sí hubieron momentos felices que nos aportaron mucho en la vida y, a partir de allí, la persona puede construir nuevas situaciones más favorables en su vida”, afirmaron.

 — César Hurtado