El Avivamiento Nacional Eucaristico es una iniciativa trascendental, de tres años de duración, que dará frutos en los años venideros. Durante el anterior Año de Avivamiento Diocesano, el clero y los líderes diocesanos construyeron los cimientos para que este movimiento prosperara a nivel parroquial.
Este año, a partir de la Fiesta del Corpus Christi el 11 de junio de 2023, cada parroquia responderá a cuatro invitaciones claves.
1) A revigorizar el culto.
La belleza de la liturgia eleva la mente y el corazón de los asistentes a la Misa, ayudándoles a armonizar su disposición interior con el exterior de lo que se celebra.
2) A fomentar el encuentro personal con Jesús en la Eucaristía.
Se nos invita a crear espacios, nuevas oportunidades en nuestras parroquias, al menos mensualmente, para que la gente de nuestras parroquias se encuentre cara a cara con el Dios vivo, Jesús en la Eucaristía.
3) A promover una formación sólida en la fe.
La mayoría de los católicos que van a Misa no entienden o no aceptan la doctrina de la Presencia Real. Este año, estamos invitados a cambiar esta situación proporcionando una sólida formación en torno a esta asombrosa realidad. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), nos pide que organicemos ciclos de predicación e iniciativas de grupos pequeños en los que Jesús y la Eucaristía sean el tema central.
4) A enviar misioneros.
Se nos pide que movilicemos a los católicos en que están cómodamente sentados en las bancas, como espectadores. Cada feligrés será invitado a llegar al menos a una persona con el mensaje del amor eucarístico de Cristo. Es importante estar motivado para invitar a un amigo o familiar a volver a la Misa, así como también acompañar al necesitado y marginado.
La USCCB nos recuerda con amor una frase de Santa Teresa de Calcuta: “¿Qué convertirá a América y salvará al mundo? Mi respuesta es la oración. Lo que necesitamos es que cada parroquia se presente ante Jesús Sacramentado en Horas Santas de oración”.
— National Eucharistic Revival