HICKORY — Gracias a los fondos recaudados en una actividad familiar por el Día del Padre, el Centro de Retiros que se construye gracias al esfuerzo de los miembros de la Familia Emaús, familiares y amigos simpatizantes del movimiento apostólico, ha tomado un nuevo impulso y ve próxima la culminación de la primera fase de la edificación.
Al festival con danzas, música y platillos típicos, convocado en la Plaza Latina en Hickory bajo el lema ‘Ven, celebra en familia el Día del Padre y apoya la causa’, asistieron más de mil quinientas personas que, según relata Freddy García, uno de los dirigentes de La Familia Emaús, “se fueron contentas a casa después de disfrutar de bailes folclóricos, el arte de los grupos musicales invitados y hasta participar en un torneo soccer indoor”.
García dijo que todas las expectativas de participación y recaudación de fondos fueron cubiertas. “Todos los alimentos fueron donados por las catorce comunidades que congrega la Familia Emaús, desde las montañas hasta Charlotte inclusive”.
Proyecto en marcha
García, feligrés de la parroquia San Luis Gonzaga en Hickory, explicó que el movimiento se expandió rápidamente en la zona montañosa de Carolina del Norte desde 2011, gracias a la inquietud del Padre Julio Domínguez, quien servía en ese entonces como párroco en la Iglesia San Francisco de Asís en Lenoir.
Desde ese año, y hasta la actualidad, rentan lugares en donde realizar los retiros. En 2015, gracias a las gestiones del Diácono Sigfrido Della Valle, se contactaron con un donante que les entregó un terreno de 2 acres con un edificio semi construido pero abandonado.
La vieja edificación debió de ser derruida, pero sus cimientos pudieron ser aprovechados para construir la nueva casa.
Inicialmente, los integrantes del movimiento aportaron su tesoro para los materiales y además su trabajo voluntario los fines de semana. En las faenas de construcción y habilitación del terreno han participado tanto hombres como mujeres, todos integrantes de La Familia Emaús de varias comunidades de los vicariatos de Charlotte, Hickory, Salisbury, Boone, Asheville y Smoky Mountains.
El edificio, gracias también a la ayuda de arquitectos e ingenieros que donaron su trabajo, fue avanzando progresivamente hasta que la llegada de la pandemia de COVID-19 casi paralizó toda la iniciativa.
García cree que todo llegó de acuerdo con el tiempo de Dios. “Nosotros planeamos algo más pequeño, y luego fue necesario crecer para cumplir con los requerimientos e inspecciones de la Ciudad. Por ello, la construcción residencial pasó a ser comercial con obstáculos que debimos superar gracias a donantes que aparecieron providencialmente. Yo creo que Dios nos dijo ‘quiero algo más grande’”.
El proyecto en construcción, que se encuentra bastante adelantado, consta de un salón de conferencias en la primera planta. En el sótano se ubicará la cocina y comedor, y en el segundo piso se instalará la capilla. En una segunda fase de desarrollo, se planea que a la par del edificio puedan construirse dos dormitorios, uno para varones y otro para damas. La tercera y última fase contempla la construcción de un centro de reuniones al aire libre.
García dijo que es el deseo de todos que el proyecto en su totalidad se concluya a fines de 2024. Tuvo un agradecimiento especial a Mike Lugo, parroquiano de la Iglesia Inmaculada Concepción en Forest City, quien donó el terreno y, a través de sus múltiples relaciones, estableció contactos con empresas de construcción y profesionales en la materia que han donado su trabajo al proyecto.
Como ayudar
Si ha participado en un encuentro Emaús, se encuentra agradecido por lo que éste le ha aportado a su vida y desea realizar una donación, no dude en contactar por texto a Freddy García 828-962-0696 o el Diácono Sigfrido Della Valle 407-920-4036 por información.
— César Hurtado