Construyendo Nuevas Vidas
Después de dar un paso adelante para ayudar a Estados Unidos con evacuaciones extraordinarias de Afganistán y Ucrania durante el año fiscal 2022, Caridades Católicas vio llegar un flujo de refugiados como una “nueva normalidad” a la Diócesis de Charlotte durante el año fiscal que acaba de terminar el 30 de septiembre.
La agencia asentó a 290 refugiados a través de su programa regular de reasentamiento en el año fiscal 2022-23, atendiendo familias que huían de la violencia, pobreza y persecución en países como Siria, Birmania y el Congo. Una cifra mucho mayor que los 78 refugiados que Caridades Católicas reasentó el año anterior; pero ese año también trajo 333 evacuados especiales de Afganistán y Ucrania, haciendo un total casi récord de 411 personas.
El aumento en el número de refugiados regulares no pasa desapercibido para la agencia. Es una tendencia que Caridades Católicas espera que continúe este año, ya que Estados Unidos está dando la bienvenida a un número cada vez mayor de refugiados en todo el país.
Nant Si, su esposo y sus dos hijas pequeñas se encuentran entre los que hoy llaman hogar a Charlotte, gracias a Caridades Católicas y a los generosos feligreses que ayudan a financiar el programa.
Si y su esposo huyeron por separado de la violencia en Birmania hace años, después de que un nuevo gobierno comenzara a perseguir a la minoría cristiana del país. Se conocieron y se casaron en viviendas para refugiados en Malasia, donde esperaron años para tener la oportunidad de llegar a Estados Unidos. Ahora, trabajan, viven y crían a sus hijas de 3 y 9 años en un apartamento al este de Charlotte.
“Es gratificante saber que estás ayudando a las personas a comenzar una nueva vida”, dijo Conor McSweeney, trabajador social de Caridades Católicas. “También estamos construyendo comunidades en Charlotte donde los refugiados pueden encontrar apoyo y ayuda de otras personas de sus propios países de origen”.
Crece el número de refugiados
“Las situaciones en todo el mundo cambian y afectan el número de personas a las que asistimos anualmente”, dijo Laura Townsend Jones, directora regional adjunta de servicios para refugiados de Caridades Católicas. “Lamentablemente, el número de personas desplazadas en todo el mundo ha alcanzado los 100 millones, y solo la mitad del uno por ciento de ellas finalmente tiene la oportunidad de ser reasentada en otro país”.
El mayor número de refugiados en la última década se produjo en el año fiscal 2015-16, cuando Caridades Católicas dio la bienvenida a 440 personas a la diócesis. Ese número disminuyó drásticamente a partir de 2017, alcanzando mínimos históricos entre 2019 y 2021.
El número repuntó en el año fiscal más reciente y Jones espera una “nueva normalidad” de cientos de refugiados, a menos que la política federal cambie nuevamente.
Caridades Católicas planea atender a 375 personas en Charlotte hasta el próximo septiembre.
Además de los servicios de reasentamiento, Caridades Católicas continúa ayudando de diversas maneras a entre 300 y 400 refugiados adicionales en la gestión continua de casos, asistencia laboral y servicios para jóvenes, durante un plazo de cinco años.
Facilitando la transición
Encontrar vivienda asequible es el mayor desafío, dijo Jones, particularmente en Charlotte y Asheville, donde Caridades Católicas tiene una segunda oficina regional.
Los refugiados a menudo llegan con pocas pertenencias, por lo que las nuevas viviendas son amobladas por el grupo ‘Amas de Casa de la Misericordia’ que trabaja con Caridades Católicas. Voluntarios de varias parroquias del área de Charlotte recolectan donaciones de muebles nuevos o usados en buen estado y otros artículos, y luego preparan los apartamentos para que las familias tengan un hogar listo.
Caridades Católicas también ofrece servicios de empleo y programas juveniles para familias de refugiados, así como ayuda para inscribirse en clases de inglés y temas prácticos sobre la vida en Carolina del Norte.
Si y su esposo dijeron que están agradecidos por la ayuda de Caridades Católicas que les ha brindado estabilidad y esperanza. “Amo a Charlotte porque ahora tenemos libertad”, dijo Si. “No tenemos que lidiar con la violencia, con la policía pidiéndonos sobornos... y todos los domingos somos libres de ir a la iglesia a adorar a Dios”.
— Christina Lee Knauss
¿Quiero ayudar?
En www.ccdoc.org: Conéctese en línea para donar, ser voluntario u obtener más información sobre el programa de reasentamiento de la Diócesis de Charlotte de Caridades Católicas, o llame al 704-370-3251.