Mis queridos hermanos en Cristo:
Primero que nada, desearles una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2021, y decirles que a veces pasamos desapercibidos los detalles de la preparación para llegar a un gran acontecimiento que es la venida de Nuestro Señor y solo vivimos la Navidad. Hay que vivir profundamente el tiempo previo a su llegada: Adviento.
Por eso, quiero continuar hablando del inicio del Nuevo Año Litúrgico que comenzó con el tiempo de Adviento y hacer un recorrido por este caminar hacia nuestra salvación y encuentro con Nuestro Señor.
El 29 de noviembre de 2020, con el inicio del primer domingo de Adviento, la invitación de Dios fue de estar velando y preparados porque no sabemos cuándo llegará el momento. Despierta, no te duermas en tus laureles, Dios está en camino y quiere un encuentro contigo.
El 6 de diciembre, segundo domingo de adviento, preparen el camino, Jesús llega, enderecen sus caminos. En este punto, Juan el Bautista nos invita a la conversión, a preguntarnos qué hay que cambiar en nuestras vidas. Dios está más cerca que nunca.
El 13 de diciembre celebramos el tercer domingo de adviento en la alegría (Gaudete). Es Juan el Bautista el que continúa dando testimonio de ser la voz que grita en el desierto “enderecen el camino del Señor”, como anuncia el profeta Isaías con mas insistencia, grita a un cambio de vida: ¿lo escuchaste o pasó desapercibido?
El 20 de diciembre, en el cuarto domingo de Adviento, todavía estaremos a tiempo de disponer el corazón y abrirnos a la venida de Nuestro Señor Jesucristo en un pesebre. La figura de Nuestra Madre María en la Anunciación, en ese ‘si’ amoroso, nos invita a nosotros a confiar y nos da la pauta para dar también nosotros un ‘si’ y confiar en Nuestro Señor.
Y llegada esa noche, la noche más hermosa, los invito a celebrar la fiesta de Navidad de tal manera que pueda traer un rayo de esperanza en la difícil situación en la que nos encontramos hoy.
En medio de esta pandemia sigue habiendo Luz porque Él, Emmanuel, está contínuamente viviendo entre nosotros. Vino ayer, viene hoy y vendrá mañana. Eso es lo que significa este tiempo de Adviento en una vida llena de esperanza en la venida de Jesús en esta Navidad y la familia reunida alrededor del pesebre confiando en que el Espíritu Santo nos dará la capacidad de encender una multitud de pequeñas luces, como un árbol de navidad, que difundirán la luz de la esperanza entre nuestros hermanos y hermanas que esperan un gran milagro y que luchan por sobrevivir con dignidad.
Lo que quiero decir es que en esta Navidad dispongas el corazón, que toda tu vida, tu hacer y decir, vayan en pos de los demás para ayudar al necesitado dentro y fuera de tu familia.
Con la Navidad llega un Reino de amor y de paz. Que podamos decir ¡Feliz Navidad! y, en medio de nuestras dificultades, atrevámonos a ser solidarios para, con la ayuda del Espíritu Santo, vivir una verdadera alegría navideña y podernos abrazar a la distancia.
El Diacono Enedino Aquino es coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Greensboro.