Desde que el fallo Roe vs. Wade impuso el aborto legal en Estados Unidos, los católicos se han unido en oración a otros norteamericanos provida para educar y abogar por la vida.
El viernes 24 de junio, después de 49 años, la Corte Suprema finalmente anuló la decisión Roe vs. Wade.
Su fallo en Dobbs vs. Jackson no prohibe el aborto en nuestra nación, sino que restaura la libertad individual de los estados para aprobar leyes que protejan al niño por nacer. Como la Corte Suprema declara: “la autoridad para regular el aborto es devuelta al pueblo y sus representantes electos”.
La Iglesia Católica defiende sin ambigüedades la causa de la vida. Como dice el Catecismo: “La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, al ser humano se le deben reconocer sus derechos como persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida” (CCC 2270).
Esta enseñanza de nuestra fe está de acuerdo con lo que sabemos de la ciencia médica: en el momento de la concepción, un individuo humano único llega a la vida. El aborto es un ataque a un niño profundamente vulnerable que todavía está en el vientre de su madre. Como escribió San Juan Pablo II: “No podría imaginarse a nadie más absolutamente inocente”.
La decisión Dobbs es un gran paso adelante, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Si bien algunos estados ya prohibieron o pronto prohibirán el aborto, Carolina del Norte continúa permitiendo el procedimiento. Nuestro trabajo provida debe continuar abogando por leyes provida a nivel estatal.
Al mismo tiempo, debemos reconocer que muchas madres se sienten presionadas a optar por el aborto debido a difíciles circunstancias sociales o económicas.
La enseñanza provida de la Iglesia nos llama a satisfacer sus necesidades con ayuda real.
El Obispo Peter Jugis ha pedido a todas las parroquias de nuestra diócesis que apoyen a las madres embarazadas mediante la implementación del programa
‘Walking With Moms in Need’. Esta iniciativa de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos llama a todas las parroquias de Estados Unidos a “ponerse en los zapatos” de las mujeres embarazadas y las madres.
En particular, el proyecto pide hacer un inventario de los recursos locales, discernir cómo podemos ayudar a cubrir las necesidades insatisfechas, e intencionalmente construir una cultura de apoyo, parroquia por parroquia, que sirva a las madres y familias.
Espero que todos los feligreses acepten este llamado a la acción y se involucren en este excelente programa o hagan algo más para ayudar a las mujeres embarazadas, como Jesús espera de nosotros. Las instrucciones, en inglés y en español, para implementar el programa se pueden encontrar en www.walkingwithmoms.com.
Los católicos deberíamos estar agradecidos por la decisión Dobbs vs. Jackson y tener esperanza en el futuro. Si embargo, nuestro trabajo provida está lejos de terminar. Debemos continuar abogando por leyes provida y trabajar para construir una sociedad que realmente acoja y apoye la vida humana en su integridad.
El padre Peter Ascik es director de la Oficina de Vida Familiar de la Diócesis de Charlotte y párroco de Santa María Auxiliadora en Shelby.