¿A dónde vas María? A donde me lleve mi Dios, y ¿a dónde te lleva Dios? A donde José me dirige. Pregúntale a José.
¿A dónde vas José? ¡A donde el Señor me lleve! Y ¿a dónde te lleva el Señor?. Sinceramente todavía no lo sé, pero sé que me lo dirá al corazón.
Espera José, creo que no te estoy entendiendo, ¿o sea que llevas a María sin rumbo fijo sabiendo que está embarazada? ¿Qué no tienes que planear a dónde vas a llegar, en dónde va a nacer, a quién vas a encontrar, quién te va a ayudar, hospitales y doctores, fiesta de nacimiento, regalos y baby shower para el niño, preocuparte por los que van a visitar al niño, comida que les vas a dar, vestidos que van a usar?
María y José se miran uno al otro, como cómplices del mismo pensamiento de amor y contesta San José con su voz humilde: Nosotros entendimos ya, que en los planes de Dios solo hay que decir he aquí el esclavo del Señor, he aquí la esclava del Señor y contemplar la voluntad de nuestro Dios. Hemos dejado que Dios entre en nuestro corazón, le hemos dado posada y desde ese momento es Dios quien habla en nuestro corazón y dirige nuestras vidas y nuestro caminar.
Si el mundo comprendiera lo maravilloso que es vivir la aventura de Dios, despreocupándose de las mentiras que presenta este mundo. ¿Verdad Maria? Así es José, desde que el ángel me anunció la llegada del Mesías y le di posada en mi corazón no ha habido cosa más importante que contemplar llena de alegría y esperar su llegada. Siendo el Rey del mundo no necesita grandes castillos, pues la tierra es el estrado de sus pies. No necesita grandes fiestas, pues su regocijo es que los pecadores se arrepientan y le abran su corazón! No necesita hospitales pues Él es el médico de nuestras almas, no necesitamos preparar algo a los que vengan a visitarlo pues Él es el gran regalo dado a los hombres.
José, Maria, me han dejado sin palabras. Entonces, ¡qué es Navidad para ustedes, si no esperan una fiesta, si no esperan regalos, si no se preocupan por la visita, sino se apuran por el nacimiento! Díganme, expliquenme por favor ¿qué es Navidad para ustedes?
Con dulzura Dios responde: Hijo mío, muchas cosas te preocupan, siendo así que solo una es necesaria. María y José eligieron la mejor y nadie se los quitará.
Te pido como a ellos contemplar el misterio de Dios en el interior del corazón, prepararte para darle posada, preparar el camino del Señor a los corazones que lo buscan, dejar que nazca Dios en el interior de nuestra persona y de nuestros hogares, dejar que el gozo sea el fruto de esta Navidad.
Entonces sí, mi querido hijo, estarás preparado para vivir la aventura de Dios y te prepararás para ir por el mundo guiado por Dios e irás a donde Él te indique, y llevarás a tu buen Dios a todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad.
Recuérdalo, que los estándares del mundo moderno no te quiten el gozo y la alegría profunda de esta Navidad.
Se feliz con el simple hecho de que caminas tomado de la voluntad del Señor. Olvídate de tantos preparativos que solo te quitan la paz y te llenan de presión y angustia, contempla a Dios, solo a Dios y haz que todos contemplen la gloria de Dios en un Niño que ha nacido entre pañales.
El Padre Julio Domínguez es Vicario Episcopal del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte