Tengo un mensaje especial para todos los niños que están celebrando la Primera Comunión.
Puedo experimentar junto a ustedes la gran emoción que sienten en este maravilloso momento de sus vidas en el que se aproxima el gran acontecimiento de la Primera Comunión. Y no es para menos que este sentimiento aflore tan bellamente, pues la realidad es que todo un Dios entrará en tu interior y podrás decir con toda verdad que el mejor amigo de tu alma esta allí, dentro de ti.
Recuerdo como si fuera ayer el día de mi Primera Comunión. Aparte de todas las preparaciones necesarias para este gran momento, me acuerdo, sin olvidar ni una sola palabra, la exhortación que nos dio nuestra catequista, la que con gusto te comparto. Ella nos dijo: Recuerden niños, que lo más importante en este momento no es como vienen vestidos, tampoco lo es la fiesta que les tienen preparada, mucho menos lo es la vela y el rosario que tienen en sus manos, ni siquiera los padrinos que han elegido, sino el maravilloso don que van a recibir, es decir, Dios entrará a su boca y de allí pasara a su corazón. Una vez que ustedes lo reciban con amor, recuerden ir a sus bancas, arrodillarse y pensar en la maravilla que tienen en su corazón.
Estas palabras de nuestra catequista, que era una persona muy entregada a las cosas de Dios y sumamente devota del Santísimo Sacramento, quedaron muy fuertemente grabadas en mi corazón, y pienso que en el corazón de muchos otros niños.
En este día en que recibes por vez primera al Señor, te pido darle gracias por el gran don de sí mismo a nosotros, por permitirnos gozar de la dicha de poderlo tener en nuestras vidas y gozar de su maravillosa amistad.
De aquí en adelante, después de este primer encuentro con Cristo en la Eucaristía, podrás encontrarte con Él todos los días, si así lo deseas, a través de la oración y sobre todo en su divina presencia cuando lo vuelvas a recibir cada domingo en la Santa Misa. Allí en el Sagrario, la pequeña casita mística de Jesús, Él estará siempre esperando por ti.
Deseo que este momento sea muy memorable para ti y que siempre recuerdes ese primer beso que Jesús dará a tu alma. Recuerda, lo importante es saber que Jesús visitará tu corazón y querrá quedarse para siempre allí si tú se lo permites.
Anima a tus papás, padrinos y amigos a prepararse contigo para este momento tan especial. Que lo hagan con una buena confesión, para que todos juntos comulguen contigo y se acerquen al Santísimo Sacramento del altar.
Felicidades a todos los niños que durante los meses de mayo y junio están recibiendo a Cristo en nuestra diócesis y en muchas otras partes del mundo. Mis oraciones para que el Espíritu Santo derrame sobre ellos una profunda piedad y puedan disfrutarlo como el gran milagro de nuestros corazones.
Padre Julio Domínguez es Vicario Episcopal del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte.