Hace un mes recibimos la alegre noticia de un nuevo obispo para nuestra diócesis y a todos nos sorprendió la noticia del anuncio, aunque de alguna manera ya lo veíamos venir pues nos dábamos cuenta que el Obispo Jugis no se sentía muy bien.
Y aunque tenemos la gran alegría de recibir a nuestro Obispo Electo, el Padre Michael Martin, no por eso dejamos de sentir la nostalgia de que nuestro obispo llegue a la edad de su retiro y sabemos que estará bien en medio de nosotros, pues gracias a Dios se queda en nuestra diócesis.
Como diócesis no dejamos de dar gracias a Dios por todas las bendiciones que a través de estos veinte años nuestro obispo quiso darnos, y mencionaré algunas de ellas pues siento que nos ayudara a darle gracias al Señor por todos estos beneficios.
Entre lo que mas destaca es la identidad católica que nuestro obispo quiso darle a nuestra diócesis. Una diócesis, que cualquier visitante que llega a nuestra parroquias se queda sorprendido de la reverencia de los fieles, el silencio en las iglesias, y el encanto espiritual que se vive.
Nuestro obispo, desde su llegada, propuso que tuviéramos un Congreso Eucarístico anual. Al inicio fue un poco difícil de concebir la idea de lo que en realidad quería nuestro obispo, hasta que fue claro su querer: quiero que los fieles de mi diócesis tengan la oportunidad anual de encontrarse con todos los fieles de otras parroquias y celebrar juntos alrededor del Señor.
El congreso dio lugar al encuentro de la familia diocesana, y eso ha despertado una gran alegría en la comunidad hispana. Es maravilloso ver como los lazos de amistad entre las parroquias se hicieron posible a través del congreso.
Por esta iniciativa del congreso, varias parroquias abrieron Adoración Perpetua, y también los Jueves Eucarísticos con la participación de mucha gente.
Asimismo, el congreso ha servido de incentivo para que florezcan vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa, diaconal y laical. Hemos visto que por el incremento de vocaciones se vio la necesidad de abrir el Seminario Universitario San José, en el cual se forman santos sacerdotes para el servicio de los fieles.
Nuestro obispo ha dado un gran impulso al Ministerio Hispano, dando totalmente su apoyo para que el equipo diocesano siga trabajando en toda nuestra diócesis. Gracias a este apoyo incondicional hemos logrado que nuevos programas de formación y acompañamiento puedan seguir implementándose.
Con paciencia y dulzura se encontró con miles de familias en sus visitas pastorales en las parroquias, sobre todo en las confirmaciones, y al hablar directamente a los jóvenes suscitó en muchos de ellos el deseo de la santidad, y en algunos la vocación.
Hizo posible que se viera la necesidad de la formación continua de nuestros sacerdotes e impulsó los momentos de encuentro entre ellos.
Las escuelas católicas se vieron muy beneficiadas debido al liderazgo de nuestro obispo, que buscó que tuvieran esa identidad realmente católica que impulsa la formación integral de nuestros estudiantes.
Estos son algunos de los grandes logros de nuestro obispo. Ha sido un honor poder servir con él y creo que ha puesto los cimientos firmes para que nuestra diócesis siga creciendo y dando verdaderos frutos de santidad.
Tocará a nuestro futuro Obispo Michael Martin seguir construyendo el Reino de Dios entre nosotros, pero estoy seguro de que los fundamentos fuertes que ha dejado nuestro Obispo Peter Jugis servirán de mucho en el futuro.
Pidamos todos juntos por ambos obispos, para que Dios siga mostrando su voluntad a través de ellos.
El padre Julio DomÍnguez está a cargo del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte