Hace algunos días escuché una frase que nuestro nuevo obispo dijo en una conversación con sacerdotes: “ya fue suficiente de hablar de mi”. Y lo decía en el contexto de que últimamente se había venido hablando de él en todos los medios de comunicación, pues se aproximaba su ordenación episcopal y la diócesis tenía que anunciarlo a todos los fieles.
La expectativa era grande. Y para muchos sigue siendo un misterio precioso que descubrir, pues siempre que hay un cambio de obispo, e incluso de párroco, lo primero que nos viene a la mente es que va a haber cambios. Y esto no es necesariamente negativo si tomamos una actitud de encuentro, de diálogo y de mucha humildad para cooperar con el nuevo obispo que Dios nos ha mandado.
Para los que hemos tenido la dicha de conocer al Obispo Martin, hemos visto varias cosas que en mi opinión van a causar un tremendo impacto en nuestra diócesis. Aquí les dejo algunos detalles para que lo vayan conociendo.
Desde el mero inicio pidió tener una Hora Santa, y aunque era abierta para todos los fieles de la diócesis, pidió expresamente que se invitara a los jóvenes. La Hora Santa estuvo llena de jóvenes y me gustó esa atención especial que tuvo hacia ellos.
Hemos escuchado ya varias homilías de nuestro obispo y podemos ver la facilidad que tiene para transmitir las ideas con una lógica increíble, y con una profundidad espiritual que mueve al oyente a la escucha y también a la acción. Sus palabras impelan a tomar parte de la acción evangelizadora de la Iglesia.
A los sacerdotes nos envió una carta preciosísima en la cual nos hacía sentir que somos importantes para él, no tan sólo como nuestro obispo, sino como un amigo en el que podemos confiar, tener acceso para cualquier pregunta laboral e incluso espiritual.
Su objetivo en este momento es encontrarse con toda la diócesis, y ya ha comenzado su carrera visitando varias parroquias. Es el obispo que quiere saludar a todos después de las celebraciones, que no lleva prisas, que tiene esa actitud paternal de encuentro. Todos tendremos que ser pacientes, pues por más que quiera tendrá que ir poco a poco en su recorrido por la diócesis. Y, al mismo tiempo, tendremos que ser prudentes, pues ciertamente queremos saludarlo pero debemos voltear y ver a los cientos de personas que esperan hacer lo mismo que nosotros.
Siento que bajo su episcopado seguirá el incremento de vocaciones, pues ya se encontró con los seminaristas y ha estado haciendo el tiempo para conocer a los candidatos al diaconado y sacerdocio. Ha ido a participar en el campamento Quo Vadis, al que asisten muchos jóvenes para discernir la vocación al sacerdocio y su impacto para con los jóvenes es notable, por lo que seguirá llamando más jóvenes a discernir su vocación.
Me impactó mucho que en una reunión que tuvimos nos preguntó si sabíamos de sacerdotes que estuvieran enfermos. Y más adelante nos comunicó a todos los sacerdotes que pidiéramos por uno de ellos en particular. Me vino a la mente el pasaje de Zacarías 13:7, que el mismo Jesús cita en el Evangelio de San Mateo 26 que dice: “heriré al Pastor y se dispersaran las ovejas”, pues bien, nuestro obispo quiere cuidar a sus pastores para congregar a sus ovejas y eso es muy bueno.
En su liderazgo como pastor de su grey es fabuloso. Puede mirar pastoralmente los proyectos desde muchas perspectivas y propone muchísimas ideas que abren caminos a nuevas formas de poder realizarlos. Él mismo lo ha dicho, no vengo a cambiar lo que están proponiendo, sino a enriquecerlo. Pero, para serles franco, es imposible no cambiar los planes, cuando nos está dando ideas que sabemos beneficiarán muchísimo más los proyectos.
Este es nuestro nuevo obispo. Y que nos perdone si seguimos hablando de él. No podemos no hacerlo ante todo lo que estamos viendo y que favorablemente está beneficiando desde el inicio a nuestra diócesis.
Les invito a todos a mantenerlo en nuestras oraciones contínuamente. Si algo podemos hacer como Iglesia es pedir por nuestros pastores y ayudarles con nuestra docilidad y compromiso a realizar todos los proyectos diocesanos que vengan.
El padre Julio DomÍnguez está a cargo del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte.