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“Hemos experimentado el amor y los milagros de Dios”

021723 rosaryJosé Luis García y su esposa Ada son parte del grupo que coordina el rezo diario del Santo Rosario que inició sus actividades hace casi tres años, cuando se presentaron las limitaciones de contacto social ante el contagio del COVID-19. La práctica espiritual se ha convertido en parte de la vida diaria de decenas de personas que cada noche, a las 8:30 p.m., se conectan a través de una plataforma digital.CHARLOTTE — Cuando en marzo de 2020 iniciaron las restricciones de contacto social para prevenir el contagio del COVID-19 en Estados Unidos, los organizadores del Rosario del Coro Alegría Hispana de la parroquia San Gabriel en Charlotte quedaron confundidos.

Después de más de 15 años de rezar el Rosario una vez al mes de manera presencial, sus integrantes y ocasionales invitados pensaron que esa tradición había llegado a su fin. Eran tiempos de confusión, de incertidumbre, y de presencialidad prácticamente insustituible.

Los hechos demostraron todo lo contrario. Desde ese entonces y hasta nuestros días, el rezo del Rosario de ese grupo hispano ha tomado una fuerza inusitada y, de ser rezado una vez por mes, se ha convertido en una práctica diaria que une e inspira a toda una comunidad internacional.

Augusto Frattini, uno de los integrantes del coro, propuso a Carmen Calvar, directora de Alegría Hispana, que se aprovechara de las nuevas tecnologías que aparecían, entre ellas Zoom, para continuar virtualmente con el Rosario. Pilar Castañeda, otra de las miembras del coro, facilitó el soporte técnico.

Así se hizo, y el Rosario Virtual diario, que inició con solo 8 participantes, llegó a contar con más de un centenar de seguidores en Canadá, Ecuador, Colombia, Perú, Costa Rica, República Dominicana y Estados Unidos.

Posteriormente, en 2022, cuando las medidas de aislamiento social se relajaron, algunas personas pensaron que el Rosario Virtual llegaría a su fin.

Nada más lejos de la realidad, y bajo la coordinación de una pareja de miembros, José Luis García y su esposa Ada, el grupo de entre 20 a 30 miembros se ha mantenido y se encuentra en camino a cumplir su tercer año consecutivo de rezo diario del Santo Rosario.

“Es verdad que tras la ola de la pandemia bajó el número de participantes”, dijo García, explicando que con el retorno de las actividades habituales los feligreses también regresaron a la presencialidad de sus grupos parroquiales.

“Sin embargo, para muchos, como en mi caso, se volvió un punto de contacto, parte de un ejercicio espiritual diario, parte de la vida y siempre primó el Rosario antes que otras actividades”, añadió.

Pero no todo fue color de rosa para el matrimonio. Ada y José enfermaron de COVID e incluso Ada recibió tratamiento de cáncer en tres oportunidades.

“Hasta en esos momentos, con Ada en su cama y yo desde la computadora, seguimos fieles a la tarea de coordinar el Rosario”, dijo García.

Durante el Rosario, que se ora diariamente a las 8:30 de la noche, se incluyen cánticos y una oración de sanación por quienes están incluídos en una lista que se renueva constantemente.

“El Rosario se convirtió en un refugio, en una zona donde mantener la relación de comunidad y permanente contacto físico y espiritual. Y ello generó un compromiso en el que nos envolvimos todos los que organizamos el rezo”, aseveró García.

“Hemos experimentado el amor y los milagros de Dios en las diferentes necesidades del grupo”, anota Pilar Castañeda.

“Si no estuviéramos Adita y yo, el Rosario seguiría porque es obra del Espíritu Santo y de nuestra madre Santa María. Viendo los resultados de estos casi tres años, no me queda ninguna duda de que la oración es importante y efectiva”, finalizó el facilitador.

— César Hurtado

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En www.bit.ly/3XenG4b: Puede seguir cada noche a las 8:30 p.m. el rezo del Santo Rosario en Zoom