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Catholic News Herald

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091021 Católicos deben ser prudentesTHOMASVILLE — Se avecina el cambio de la temporada veraniega por la estación otoñal, tiempo que es aprovechado por muchas personas para limpiar sus hogares, efectuar renovaciones, descartar muebles, utensilios, juguetes, ropa usada, herramientas y enseres que no han sido utilizados por mucho tiempo, ya no tienen utilidad práctica en casa o simplemente están fuera de moda.

Sin embargo, lo que son restos para algunos pueden resultar tesoros para otros, y es muy común que por esta época se realicen los llamados “garage o yard sale” para intentar obtener un dinero de las cosas que iban a ser descartadas o donadas a bazares de caridad.

Otros prefieren alquilar un puesto en un mercado de pulgas o flea market, donde muchos latinos acuden a efectuar diversas compras atraídos por los bajos precios.

A estos establecimientos normalmente se acude en fines de semana y regularmente acompañados por toda la familia. Es un momento para compartir mientras, de pasada, se aprovecha la ocasión de encontrar una prenda de vestir económica, juguetes en buen estado para los niños y algún adorno para el hogar.
Pero, ¿es seguro comprar para nuestro uso personal o introducir a nuestro hogar objetos decorativos de los que no conocemos su uso previo o procedencia? ¿Es conveniente hacerlo?

PRUDENCIA

El Padre Gabriel Carvajal, pastor de la parroquia Nuestra Señora de los Caminos en Thomasville, advierte que en esta sociedad, “muchas personas van tras del dinero sin importar lo que sea”, y en ocasiones podría darse que algunas personas ofrezcan a la venta bienes que sean producto del dinero mal habido o “negocios chuecos” a los que ningún católico debería prestarse.

“Desde el punto de vista cristiano, hay normas y guías y se debe ser muy cuidadoso”, afirma.

“Hay limitaciones, hay cosas que no se deberían ver, decir ni oír, y debemos estar atentos en todo momento para proteger nuestro cuerpo y nuestra alma”, añade.

Cuando se compran artículos de procedencia desconocida, no se sabe exactamente cuál ha sido el uso previo que se ha dado a la prenda o artículo. En algún caso extremo, inclusive podría haber sido objeto de uso en prácticas satánicas de magia, adivinación, hechicería, santería y brujería.

Es conocido que en algunas prácticas de santería se utilizan imágenes y objetos sagrados para ser profanados durante sus cultos satánicos.
Por ello, el Padre Carvajal dice que el católico debe ser prudente. “Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas, nos dice Mateo 10:16”, recomendando que “no hay que meterse en lo que no se busca”.

¿EXISTE LA BRUJERÍA?

El sacerdote católico colombiano Juan Gonzalo Callejas dice que no creer en la brujería no es una forma de defenderse de ella, pues “la brujería desata una fuerza diabólica que actúa independientemente del nivel de conciencia que se tenga sobre su existencia. De lo contrario, no reaccionaría ante oraciones”, como ha visto que sucede.

Para protegerse de ella, el Padre Callejas asegura que la fe detiene todo, como un chaleco antibalas. “Pero si mi fe es poca, es como protegerse con una camiseta ante una 9 milímetros”.

El famoso teólogo español José Antonio Fortea, refiriéndose a los maleficios y hechicería, afirma que nadie puede arrebatar nada, ni objetos ni vidas ni salud ni fama ni ilusión. “Nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre”.

El fallecido sacerdote italiano Gabriele Amorth, quien ejerció como exorcista en Roma, al escribir sobre el maleficio dijo que éste tiene la presunción de entregar el propio objeto (elementos inanimados, animales y sobre todo personas) al poder o la influencia del demonio, “siendo un signo sensible de la voluntad de perjudicar y es un medio ofrecido a Satanás para que imprima su fuerza maléfica”.

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su numeral 2117 expresa que “todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo, aunque sea para procurar la salud, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios”.

PREVENIR Y NO LAMENTAR

El Padre Carvajal recomienda, siguiendo la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses 5:21, “antes bien, examínenlo todo cuidadosamente y retengan lo bueno”.

“Quien inocentemente peca, inocentemente se condena”, asegura, por lo que es conveniente, si se va a comprar alguna cosa usada, revisarla bien antes, rociarle agua bendita antes de ingresarla a su hogar, y si se trata de una imagen santa, llevarla ante el sacerdote para que la bendiga.

“Existe el mal, y también existe el malo. Hay que estar constantemente en oración y vivir en gracia. Pues el que no vive en gracia, vive en desgracia”, finalizó.

— César Hurtado, Reportero