diofav 23

Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina

Hermana Juana Pearson se instala en Centro Pastoral

100821 sister joanCHARLOTTE — Con la finalidad de asistir al Padre Julio Domínguez en sus labores administrativas como director del ministerio hispano de la Diócesis de Charlotte, nuestra muy conocida y querida hermana Juana Pearson ha dejado sus labores como coordinadora en el vicariato de Salisbury y ha sido designada como asistente administrativa en el Centro Pastoral.

“El Padre Julio tiene muchos quehaceres, otros roles en la diócesis, es parte de muchos consejos, grupos, tiene muchas responsabilidades encargadas por nuestro obispo. También nuestros coordinadores trabajan incansablemente en sus vicariatos, poniendo todo su corazón, sin cesar, para servir a su gente” y por eso, “estoy aquí para ayudarlos en su trabajo”.

Sister Juana confiesa que aún se le hace difícil la adaptación de su pasado trabajo pastoral a esta nueva labor administrativa. “Extraño de todo corazón a mi gente. Hablar, hacer reuniones, estar en presencia de personas. Incluso estoy pensando en pasar por la casa de una feligresa solamente para decir ‘hola, ¿cómo están?, ¿puedo comer con ustedes hoy?’, y todo porque extraño mucho estar en compañía de mi gente”.

Sin embargo, reconoce que se trata de una etapa de transición, “y voy a saber cuando me sienta mejor en mi nueva labor porque voy a pensar cada vez menos en eso”.

Respecto a su nuevo trabajo, asegura que le gusta saber que tiene la posibilidad de ayudar. “Muchas veces, como equipo de coordinadores, sabemos que somos empleados diocesanos pero no tenemos sentido de pertenencia al Centro Pastoral, al corazón de la diócesis. Casi nunca estamos aquí, no porque no queramos sino porque estamos en nuestra misión, con la gente maravillosa que estamos sirviendo”.

La posibilidad de ser un ancla, un puente, “alguien que diariamente pueda facilitar el trabajo de nuestros coordinadores en sus vicariatos”, la anima sobremanera.

“Soy esclava de todos mis compañeros”, dijo riendo.

“En ocasiones uno se puede sentir desanimado en su tarea. Creo que es bueno si se tiene una persona que puede escuchar, ver, tomar la ‘temperatura’ de la situación y ofrecer su ayuda. Mi lema en este nuevo servicio, para nuestro equipo, para mis colegas, es ¿Cómo puedo ayudar?. Porque nosotros se lo decimos a nuestra gente, pero, ¿quién nos lo dice a nosotros?”.

SERVIDORA INCANSABLE

Nacida en el seno de una familia católica en Nueva York, su padre fue oficial del ejército norteamericano, por lo que creció en los estados de Texas, Alabama, y “terminé en Carolina del Norte”.

A los 17 años, después de graduarse de la escuela secundaria Bishop McGuiness en Winston Salem, tomó la decisión de consagrarse a Dios.

Era maestra voluntaria de clases de catecismo para una orden de monjas en lugares pobres de High Point, Carolina del Norte, “cuando escuché el llamado silencioso de esta gente de gran corazón que no tenía donde ir por ayuda que solo donde estas generosas monjas”. “Esto es lo que quiero hacer toda mi vida”, pensó entonces.

Sin mucho conocimiento sobre el proceso, pero determinada a dedicar su vida al servicio de los demás, se presentó ante la directora de su escuela y le comentó su deseo de convertirse en monja, siendo orientada entonces hacia la congregación de las Hermanas de San José de Filadelfia, donde tomó los exámenes, fue aceptada y se sintió ‘como pez en el agua’, debido al carisma de la orden que es la hospitalidad y bienvenida amorosa al prójimo.

La hermana Juana no tuvo dificultad en su adaptación a la vida religiosa. Confiesa que extrañaba a su familia, pero “pero nos escribíamos cartas”, una costumbre que hoy se ha dejado de lado con el uso de mensajería instantánea, fotos digitales y correos electrónicos enviados por dispositivos móviles como teléfonos celulares.

Esas cartas, nos cuenta, las vuelve a leer hasta el día de hoy cuando pasa por momentos difíciles. “Mi mamá siempre me dio palabras de ánimo”, afirma.
Después de pasar, por orden de su congregación, por experiencias de vida en comunidad y diferentes culturas por cuatro años en Pensilvania y dos en Carolina del Norte, tomó sus votos finales de pobreza, castidad y obediencia en 1978.

En 1994, el Padre Jim Solari, pastor de la Iglesia San Leo en Winston Salem, vio el explosivo crecimiento de la comunidad hispana en el Triad, supuso que muchos de ellos serían católicos bautizados, y escribió una carta a la congregación de las Hermanas de San José solicitando ayuda.

Tras la respuesta positiva de la congregación, la hermana Juana se instaló en la parroquia para iniciar su trabajo con el floreciente ministerio hispano.

En 2001, la hermana Andrea Inkrott, por entonces directora del Ministerio Hispano, la nombró coordinadora del Vicariato de Hickory. Posteriormente serviría en Salisbury, la Iglesia Nuestra Señora de la Merced en Winston Salem y, en 2014, bajo solicitud del recientemente ordenado Padre Julio Domínguez, como formadora de catequistas en la parroquia San Francisco de Asís en Lenoir.

Más adelante, el Padre Fidel Melo, ex director del Ministerio Hispano, la volvería a requerir como coordinadora de vicariato en Salisbury, tomando como sede de trabajo una oficina en la Iglesia Sagrado Corazón.

Incansable y valiosa servidora de la comunidad hispana en nuestra diócesis, la hermana Juana no tiene pensado dejar sus obligaciones. “Me he acercado mucho más a Dios, cuyo rostro veo todos los días, a través de este santo pueblo. Mi corazón le pertenece a la gente y estaré en este trabajo hasta que Dios decida”, sentenció.

— César Hurtado, Reportero

Sacerdotes para siempre

CHARLOTTE — La colecta anual diocesana para financiar el Plan de Beneficios y Jubilación de Sacerdotes se llevará a cabo en todas las parroquias el fin de semana del 25 al 26 de septiembre.

La colecta ayuda a apoyar a los sacerdotes jubilados de la diócesis y a financiar la jubilación futura de otros. Actualmente hay 108 sacerdotes diocesanos y de órdenes religiosas que sirven a la Iglesia en el oeste de Carolina del Norte. Otros 25 sacerdotes están jubilados.

“La Diócesis de Charlotte brinda atención médica y asistencia a nuestros sacerdotes jubilados para que puedan continuar viviendo sus vocaciones sirviendo en las 92 parroquias y misiones de nuestra diócesis”, dijo el Obispo Peter Jugis en su carta anual anunciando la colecta.

“Estos 25 sacerdotes jubilados, cada uno con un promedio de más de 40 años de ministerio sacerdotal, todavía se encuentran visitando enfermos y encarcelados, orando diariamente por las personas a las que sirven, dando su tiempo para ayudar con confesiones y celebrando Misa en las parroquias de toda la diócesis”, señaló.

Sus contribuciones ayudarán a financiar el Fideicomiso de Pensiones de Sacerdotes y del Plan de Salud de Sacerdotes Jubilados de la Diócesis de Charlotte, así como los programas de jubilación de las órdenes religiosas y otras diócesis que están proporcionando sacerdotes para servir en nuestras parroquias.

La meta para la colecta de jubilación y recaudación de beneficios de los sacerdotes para 2021 es de $1.500.000.

pensión a los planes de jubilación de los sacerdotes diocesanos y gastos de beneficios de jubilación para los planes de salud de los sacerdotes diocesanos jubilados; 17 por ciento para contribuciones de pensión para planes de jubilación de sacerdotes de órdenes religiosas; 5 por ciento para gastos administrativos; y el 3 por ciento para los costos de recaudación de fondos.

La cantidad tasada en cada parroquia es el 3 por ciento de sus ingresos anuales del ofertorio. En la mayoría de las parroquias, la evaluación asciende a un 20 por ciento más que el ofertorio dominical semanal.

Muchas personas contribuyen a esta colecta durante el ofertorio en Misa, pero la reducción de la asistencia a la Misa en persona debido a la prolongada pandemia de COVID-19 podría significar menos donaciones a este fondo crítico.

En su lugar, se anima a las personas a donar online, enviar sus donaciones por correo o dejarlas en las oficinas de su parroquia.

“Si no puede asistir a Misa el fin de semana del 26 de septiembre, considere hacer una donación enviando su contribución por correo o haciendo un aporte en línea, señaló el Obispo Jugis en su carta. “Estos hombres siguen siendo ‘sacerdotes para siempre’ y ahora podemos responder con gratitud”.

Done online

Visite el website de su parroquia si ofrece donaciones online, o realice donaciones online en www.charlottediocese.org/donate (haga clic en “Priests’ Retirement & Benefits Collection”). Las donaciones hechas a través del website diocesano se acreditarán a su parroquia.

— SueAnn Howell, ReporterA senior