La vejez es complicada. Aún más con la vaina del Covid-19. Los tiempos de la piel de bronce dorada, con Australian Gold y Hawaiian Tropic, han dejado un legado de pecas y marcas imposibles de borrar en la cara y las manos.
Las libras de más que antes se eliminaban rápidamente con una dieta temporal de granos (menestra en mi adorado Ecuador), se resisten a desaparecer.