Queridos Hermanos en Cristo, estamos por comenzar un tiempo litúrgico que personalmente me gusta muchísimo, pues me da la oportunidad de ponerme delante de Dios, revisarme delante de Él, ver mi caminar por este mundo y preguntarme si realmente estoy en el camino a la Patria Eterna o me he desviado de los caminos del Señor. Me refiero al maravilloso tiempo de Cuaresma.