CHARLOTTE — La Estatua Peregrina Internacional de la Virgen de Fátima visitó la Diócesis de Charlotte el pasado sábado, 11 de Marzo y permaneció en la diócesis hasta el martes, 14 de Marzo. La visita es parte de la “U.S. Tour for Peace” (Gira por la Paz por los Estados Unidos) que se está celebrando este año para conmemorar el 100 aniversario de las apariciones de la Virgen de Fátima a los tres niños pastores en Portugal.
ASHEVILLE — Con gran alegría y regocijo, mucho entusiasmo y sobretodo fe, recibieron los feligreses de las vicarias de Smoky Mountains y Asheville, la imagen peregrina de nuestra Señora de Fátima.
Cientos de peregrinos de diferentes parroquias, llegaron a los pies de mamá María para rendirle honor y pasar una jornada espiritual muy hermosa.
Desde el momento de la llegada de la imagen, la gente no daba la impresión de recibir solamente una “estatua de María” sino la presencia misma de María Santísima entre nosotros.
La visita de María Santísima a Santa Isabel y la visita de María a las Vicarias de las montañas es analógicamente el punto que me gustaría poner de manifiesto en este artículo, pues así como María partió presurosa a ver a su prima Santa Isabel para ayudarle con el embarazo y llegando allá mostró que el Mesías iba en su vientre, saltando de alegría y gozo en su seno, así mismo vino ella presurosa a las montañas para ayudarnos con la nueva Evangelización y dar ánimos a todos los hijos de esta hermosa diócesis que vivimos en las montañas para impulsar el entusiasmo en el trabajo pastoral y al mismo tiempo para reafirmarnos que ella sigue trayendo el mensaje de Jesucristo a cada familia, reafirmándoles que hay esperanza, que ella protegerá siempre a toda familia que con humildad y fe le invoquen.
Fue significativo para todos nosotros, que en el 100 Aniversario de las apariciones de Fátima se nos concediera la gracia de su visita. Sobre todo en nuestra actualidad que está habiendo tantos ataques contra la familia, contra los principios morales y contra la sana doctrina de la Iglesia. Era necesario tener este respiro espiritual en el que nuestra Madre viniera con el mismo mensaje que le dio a San Juan Diego: No tengas miedo, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre? O como lo hizo en Fátima anunciando que al final su Corazón Inmaculado triunfaría.
Para nosotros como comunidad Latina, María Santísima ha sido siempre y seguirá siendo la que viene a darnos esperanza en medio de los grandes problemas. Nos lo dio en la aparición de Guadalupe hace varios siglos, cuando los indios Aztecas no sabían ya que hacer pues veían que su mundo espiritual estaba siendo destruido y no entendían el Cristianismo. El mensaje de María vino a dar una luz de esperanza y una apertura a la nueva Evangelización. En los días de las apariciones de Fátima había mucha confusión política y moral y es María quien viene a darnos el sentido de la fe y lo que tenemos que hacer de acuerdo al plan de Dios. Así mismo, en esta visita que hemos tenido, María Santísima marca una nueva fase en nuestra historia, con su mensaje que es de ayer, hoy y siempre: No se cansen de orar, de pedir, de hacer sacrificios, de rezar, de inclinar rodilla ante mi Hijo pues al final mi corazón Inmaculado reinará y el establecimiento del Reino de mi Hijo florecerá.
Con ella caminamos en peregrinación, con ella ofrecimos flores de cada parroquia y nuestros hijos pudieron darle la flor de su inocencia y devoción, con María rezamos la coronilla de la misericordia implorando perdón por el mundo entero, con Ella meditamos los misterios del Rosario y ella nos precedió en el momento culminante de la Santa Misa como una vez lo hizo con los discípulos. No nos queda más que agradecerle a nuestra Madre por tan maravillosa visita que ha dejado en nuestros corazones la fe, la esperanza y la caridad.
— Padre Julio Dominguez, Especial para el Catholic News Herald. El Padre Julio Domínguez, del Vicariato de la Smoky Mountains, contribuyó decisivamente a coordinar la visita de la Estatua Internacional de las Naciones Unidas Nuestra Señora de Fátima del 15 al 16 de julio en Asheville.