CHARLOTTE — En un escueto comunicado publicado el pasado domingo 25 de abril en la página de facebook de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, el Padre Gregorio Gay, párroco, dio a conocer a la feligresía que el próximo 4 de julio celebrará su última misa dominical antes de dejar la parroquia.
Después de tomar unas breves vacaciones con su familia, el Padre Gregorio, siguiendo las indicaciones del Superior General de la Congregación de la Misión Vicentina, se instalará en una nueva misión en la República de Panamá.
El Padre Gregorio inició sus labores en Charlotte asistiendo al Padre Vicente Finnerty en diciembre de 2016. En agosto de 2019 fue nombrado párroco e instalado en una Misa celebrada por el Obispo Peter Jugis. Desde ese entonces ha servido con particular dedicación a la feligresía, participado en numerosos eventos en defensa de los derechos humanos de los migrantes y se ha convertido en la voz de “la periferia”, tal como la define el Papa Francisco, a la que llega con ayuda espiritual y material.
En su comunicado, el Padre Gregorio relata que hace más de un año escribió una carta al Superior General de la Congregación de la Misión haciéndose voluntario para una misión internacional en Alaska. Sin embargo, hace más de un mes falleció uno de sus buenos amigos, misionero en Panamá, cuya muerte lo tocó profundamente. “Entonces, pregunté a mí Visitador Provincial sobre la necesidad en Panamá y me dijo que la situación del personal era crítica”, por lo que, pidiendo realizar la voluntad de Dios, ha sido designado para colaborar en este último destino.
En la misma comunicación, expresa que el Obispo Peter Jugis le ha agradecido por el servicio brindado a la comunidad de Nuestra Señora de Guadalupe y aprobado que el Padre Leo Tiburcio, C.M., sea nombrado como párroco y, al mismo tiempo, el Superior Provincial de la orden nombrará al
Padre Hugo Medellín, C.M., como superior de la casa. Ambos sacerdotes actualmente se desempeñan como vicarios parroquiales.
“Muchos me han preguntado cómo me siento. Por un lado, obviamente triste porque la parroquia aquí es una verdadera comunidad activa con muchas personas dispuestas a apoyar en la construcción de una verdadera comunidad de fe. También me siento agradecido por la manera que la comunidad aquí, junto con los empleados, mis co-hermanos, y los demás voluntarios de la parroquia me han edificado con su amor para con Dios, la Iglesia, y la parroquia. También estoy feliz de tener la posibilidad de servir en el país donde creció mi amor para con los humildes en una iglesia verdaderamente formada por todos los bautizados. Cuenten siempre con mis oraciones y mi amistad”, escribió el Padre Gregorio.
Vida de servicio
El Padre Gregory Gay III nació en Baltimore, Maryland, el 8 de octubre de 1953. Ingresó a la Congregación de la Misión el 8 de agosto de 1973, y se formó en el Seminario María Inmaculada en Northampton, Pennsylvania, donde recibió un Master en Divinidad y Teología, siendo ordenado sacerdote el 24 de mayo de 1980.
Entre 1985 y 2000 sirvió en la Misión de Panamá, donde fue nombrado Provincial de ese territorio. En 2004 fue elegido Superior General, siendo reelecto para el cargo en 2010, teniendo a su cargo a aproximadamente cuatro mil hermanos y sacerdotes vicentinos y más de 23 mil Hijas de la Caridad en 90 países.
— César Hurtado, Reportero
CHARLOTTE — La Diócesis de Charlotte anunció que las parroquias pueden inmediatamente regresar con casi normalidad a sus operaciones, siguiendo las regulaciones estatales y federales que redujeron las restricciones por la pandemia de COVID-19.
El Obispo Peter Jugis también dio la bienvenida a los católicos que regresan a Misa y los animó a traer a un amigo.
La obligación de atender la Misa dominical se restablecerá a partir del 23 de mayo, Domingo de Pentecostés, aunque permanecerán algunas excepciones importantes.
Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) anunciaron el 13 de mayo que las personas que han sido vacunadas contra el COVID-19 ya no necesitan usar mascarillas faciales o seguir las normas de distanciamiento social en la mayoría de los casos.
Los requerimientos de Carolina del Norte para el uso de mascarillas y distanciamiento social se eliminaron de manera similar el 14 de mayo.
En respuesta a las disposiciones estatales y federales, el vicario general y canciller de la Diócesis de Charlotte, Monseñor Patrick Winslow, emitió un decreto el 14 de mayo anunciando que los requisitos de uso de mascarilla y distanciamiento social en todos los servicios religiosos se levantan "con efecto inmediato". La obligación general de asistir a Misa los domingos y días de guardar se reanuda este fin de semana, excepto para las personas enfermas o vulnerables.
Los funcionarios de salud de la diócesis, el estado y el gobierno federal instan a las personas vulnerables o no vacunadas a que sigan usando mascarillas y observen las normas de distanciamiento social.
“De hecho, Dios está con nosotros, siempre presente en la Eucaristía y ansioso de recibirnos nuevamente en Su Amor. Hagamos un esfuerzo especial para hacer lo mismo invitando a unirse a nosotros a quienes aún no conocen el amor de Dios”.
— Obispo Peter J. Jugis
Con la mira puesta hacia Pentecostés y el regreso a Misa, el Obispo Jugis compartió un mensaje especial con los fieles de la diócesis: "Me gustaría aprovechar esta oportunidad para darles personalmente la bienvenida a la Misa y a una renovación de su vida espiritual".
El obispo reconoció que "llevará tiempo recuperarse del impacto en la salud, bienestar y prosperidad económica de las personas", incluso cuando "nuestras comunidades están comenzando a surgir de la pandemia de COVID-19".
“Tengo especialmente presente en mis oraciones a las más de 7,000 personas en los 46 condados de nuestra diócesis que han fallecido a causa del COVID-19", dijo.
Expresó su gratitud por la perseverancia y la creatividad de muchas personas en la diócesis que han trabajado durante más de un año para mantener a las personas conectadas con su fe después de que se impusieron restricciones de salud pública en marzo de 2020. “Las Misas transmitidas en vivo, clases y mensajes online, y videoconferencias nos trajeron bendiciones a todos”, dijo.
Además, el obispo enfatizó la importancia central de la Eucaristía en la vida espiritual de los fieles.
“Sin la Misa, como hemos sido testigos el año pasado, ha sido un desafío mantenernos enfocados en nuestras vidas espirituales”, dijo. “Sabemos que la Eucaristía es la fuente y cumbre de nuestra fe católica, nuestra Estrella Polar que nos permite mantener la mirada fija en Jesús y permanecer en el camino hacia la vida eterna en el cielo”.
Pentecostés es un momento oportuno para que los católicos no vulnerables regresen a la Misa, “renovados y con valentía para vivir nuestra fe, así como los discípulos, llenos del Espíritu Santo, se despojaron del temor y salieron con valentía a predicar el mensaje del Evangelio 'hasta el último confín de la tierra' (Hechos 1: 8). Pentecostés conmemora el nacimiento de la Iglesia y su misión en el mundo, y para nosotros marca un renacimiento de nuestra propia misión como discípulos de Cristo".
Al celebrar la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, alégrense y recuerden las palabras de Nuestro Señor: “Yo estaré con ustedes siempre, hasta el final de los tiempos” (Mt 28: 20). De hecho, Dios está con nosotros, siempre presente en la Eucaristía y ansioso por recibirnos nuevamente en Su Amor", dijo.
Y animó a los fieles: “Hagamos un esfuerzo especial para hacer lo mismo invitando a unirse a nosotros a quienes aún no conocen el amor de Dios".
— Patricia L. Guilfoyle, editora
Lea la carta complete del Obispo Jugis a la feligresía
Las instrucciones de la Diócesis son las siguientes:
De acuerdo con la guía más reciente de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), que ya no recomiendan el distanciamiento social o cubrirse la boca para aquellos que están completamente vacunados, y la Orden Ejecutiva 215 de Carolina del Norte que elimina los requisitos del uso de mascarilla y distanciamiento social en la mayoría de los casos, con vigencia inmediata, las parroquias y los fieles en la Diócesis de Charlotte deben observar las siguientes normas.
Servicios litúrgicos:
• Los servicios religiosos ya no requieren distanciamiento social ni el uso de mascarillas.
• Se aconseja a los que permanecen vulnerables que sigan usando mascarilla o asistan a Misa virtualmente.
• Las Misas y confesiones deben retornar a sus horarios establecidos con anterioridad a la presencia del COVID a partir del domingo de Pentecostés (23 de mayo de 2021).
• Las opciones de recibir la Comunión del cáliz y dar el abrazo o apretón de manos del signo de la Paz permanecerán omitidas hasta nuevo aviso.
• Los fieles conservan el derecho a recibir la Comunión en la lengua o en la mano.
Obligación de asistencia a Misa:
A partir del 23 de mayo de 2021, domingo de Pentecostés, la dispensa general de asistencia a Misa los domingos y los días de guardar se reducirá para incluir sólo a aquellos que siguen siendo vulnerables al Coronavirus. (Consulte las preguntas frecuentes para obtener más detalles).
Otros:
• Las organizaciones benéficas de asistencia permanecen operando.
1. ¿Cuándo se restablecerá la obligación de asistir a Misa?
La obligación general de asistir a misa los domingos y días de guardar en la Diócesis de Charlotte se restablecerá a partir del domingo 23 de mayo de 2021. Sin embargo, algunas excepciones permanecerán vigentes (ver # 4).
2. ¿Por qué termina ahora la excepción de Misa?
Es importante que comencemos a regresar a la Misa, cuando y donde sea posible, en reconocimiento de la naturaleza esencial y central de la Eucaristía en nuestras vidas.
En el año de desafíos desde que surgió la pandemia de COVID-19, nos hemos tenido que adaptar para proteger la salud y el bienestar de todos en nuestras comunidades. Las precauciones de seguridad implementadas en nuestras iglesias, como el aforo limitado y los rigurosos protocolos de limpieza, han demostrado ser efectivos para hacer posible la adoración en persona sin riesgo de propagar el virus. Y, aunque las Misas transmitidas en vivo han sido un medio para ayudarnos a nutrir nuestras almas cuando no podíamos estar físicamente presentes en la iglesia, debemos recordar que la adoración “virtual” no es la norma. Dios no vino a nosotros virtualmente. Él vino a nosotros, y sigue viniendo, en carne. Para nosotros los católicos, el contacto inmediato con la Presencia Real del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor al ofrecer este sacrificio a Dios Padre es insustituible y esencial.
3. ¿Significa esto que ahora todos están obligados a ir a Misa nuevamente?
No. Sabemos que sigue existiendo preocupación por la propagación de la infección y debemos permanecer alerta para limitar su propagación, especialmente entre los más vulnerables. Teniendo esto en cuenta, existen excepciones particulares (llamadas "dispensas") que se otorgan a personas en determinadas circunstancias, incluidas a las que están enfermas y a las que cuidan a cualquier persona que esté en riesgo de sufrir complicaciones graves por COVID-19.
Al restablecer la obligación dominical, debemos dar la bienvenida a la Misa a todos los católicos que ahora están participando en otras actividades que pueden representar un riesgo de exposición similar o mayor, como salir a comer a restaurantes, viajar, participar en compras no esenciales y ampliar su círculo de contactos. Regresar a Misa es un reconocimiento de nuestra necesidad y deseo que la Eucaristía nos alimente y fortalezca.
4. ¿Quién está todavía exento de asistir a Misa?
A las personas enfermas o vulnerables a la infección se les sigue animando a que permanezcan en casa y asistan a Misa de forma virtual, por televisión u online. Si vive en la diócesis (o está de visita dentro de la diócesis), no está obligado a asistir a Misa los domingos o días de guardar si:
> Está enfermo o su salud se vería significativamente comprometida si contrajera una enfermedad transmisible (es decir, tiene afecciones subyacentes o se encuentra en una categoría de alto riesgo).
> Presenta síntomas similares a los de la gripe.
> Tiene buenas razones para pensar que podría ser asintomático de una enfermedad contagiosa (como estar en contacto reciente con alguien que dio positivo en una prueba de una enfermedad contagiosa como COVID-19 o influenza).
> Cuida a enfermos, confinados en casa o débiles.
> Está embarazada o cuida niños pequeños.
> Tiene 65 años de edad o más (según la recomendación de los CDC para personas de alto riesgo).
> No puede asistir a Misa por causas ajenas a su voluntad (por ejemplo, si no se ofrece Misa, está debilitado o se le impide por alguna razón que no puede controlar).
Si tiene preguntas sobre si estas excepciones se aplican a usted, o si sufre de mucha ansiedad por el hecho de regresar a Misa, comuníquese con su párroco o con la oficina de su parroquia.
Estas categorías se revisarán y modificarán según sea necesario.
5. ¿Se tomó esta decisión en consulta con expertos en salud?
Sí. Hemos monitoreado las pautas y requisitos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte, de los funcionarios de salud local y las recomendaciones de los CDC. Todas las decisiones con respecto a nuestras prácticas durante la pandemia han sido informadas y guiadas por expertos de la comunidad médica.
6. ¿Se siguen aplicando algunas precauciones de seguridad?
Si. La salud y seguridad de nuestras comunidades ha sido y sigue siendo primordial a medida que continuamos monitoreando las condiciones locales. Si bien los CDC y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte ya no recomiendan el distanciamiento social ni el uso de mascarillas para quienes están completamente vacunados, se alienta a cualquier persona vulnerable o no vacunada a que continúe usando la mascarilla y siga las normas de distanciamiento social. Además, la recepción de la Sagrada Comunión del cáliz y el abrazo de la Paz deben permanecer omitidos. Cada iglesia tiene protocolos específicos adaptados a sus propias circunstancias particulares. Comuníquese con la oficina de su parroquia si tiene preguntas.
7. ¿Sigue habiendo restricciones de capacidad en las iglesias de la Diócesis de Charlotte?
Los CDC y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte ya no recomiendan el distanciamiento social para quienes están completamente vacunados. Los servicios religiosos en la diócesis ya no requieren un distanciamiento social para las personas que no son vulnerables al Coronavirus. Las iglesias pueden mantener una sección de asientos con protocolos de uso de mascarilla y distanciamiento social, dependiendo de las necesidades pastorales.
8. ¿Las parroquias seguirán transmitiendo Misas en vivo?
Se anima a las parroquias a seguir ofreciendo la opción de una Misa transmitida en vivo para ayudar a nutrir las almas de los católicos que no pueden estar físicamente presentes para la Misa.
Consulte nuestra lista de Misas transmitidas en vivo.
9. ¿Se restablecerá la dispensa general si la pandemia empeora localmente?
La diócesis continúa vigilando la incidencia del Coronavirus en Carolina del Norte y la efectividad de nuestros protocolos de seguridad. Haremos los ajustes necesarios para preservar la salud y el bienestar de todos en nuestra comunidad.
10. ¿Por qué los católicos normalmente están obligados a asistir a la Misa dominical?
El mandamiento de "Acuérdate del día de reposo para santificarlo" nos viene de los Diez Mandamientos de Dios a Moisés (Éx 20: 8-11). El día del Señor se trasladó del sábado en el Antiguo Testamento al domingo en virtud de la Resurrección de Jesús en este día.
Tenemos la obligación moral de apartar el domingo de cualquier otro día de la semana para adorar a Dios en gratitud y acción de gracias. De hecho, la palabra "Eucaristía" proviene de la palabra griega que significa "acción de gracias".
La manera más saludable de hacerlo es participando en la Misa dominical. La Misa, en particular la Sagrada Eucaristía, es el corazón y fundamento de nuestra fe católica.
Es durante el Santo Sacrificio de la Misa que se nos hace presente la muerte salvadora y la Resurrección de Jesús, se renueva nuestra alianza con Nuestro Señor, Dios, en la persona de Jesucristo, viene a nosotros y se hace verdaderamente presente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Es un regalo insustituible, un anticipo del cielo mismo.
Sabemos que los desafíos de la vida cristiana son grandes y necesitamos alimento y comunidad para exitosamente "correr la carrera" (2 Timoteo 4: 7). Reunirnos en la Misa el domingo para escuchar la Palabra de Dios y ofrecer nuestras vidas como culto espiritual (Rom 12: 1) junto con el Cuerpo y la Sangre del Señor presentes en el altar son herramientas indispensables que Dios nos da para nuestra salvación.
Incluso si cumple con las circunstancias para ser eximido ("dispensado") de asistir a la Misa dominical, aún puede observar el Día del Señor. Absténgase del trabajo innecesario y pase tiempo en oración el domingo, quizás leyendo las Escrituras y meditando en la pasión, muerte y Resurrección del Señor. Las lecturas de la Misa diaria y dominical están online. También puede participar en una transmisión de la Misa dominical por televisión o en vivo (lista de Misas transmitidas en vivo) y realizar un Acto de Comunión Espiritual.