CHARLOTTE — Cuatro fieles de la Iglesia San John Neumann en Charlotte recibieron el pasado domingo 18 de abril sus respectivos diplomas que certifican el haber concluido los estudios del programa de formación laical que desarrolla la Diócesis de Charlotte.
Al término de la Misa en español, que se celebra regularmente en esa parroquia los domingos al mediodía, el celebrante y párroco, Padre John F. Starczewski, llamó al frente a Héctor Fabián del Alba, Ana María Sánchez, Abel Vásquez y María de los Ángeles Campos para que recibieran sus diplomas, así como el saludo y reconocimiento de la comunidad en la que prestan sus servicios.
Los cuatro miembros de la feligresía iniciaron la formación laical en 2019, concluyéndola en 2020. Lamentablemente, debido a las restricciones de reunión decretadas por la pandemia de COVID-19, la ceremonia habitual con liturgia en la que se entregaban los diplomas de participación debió cancelarse y los certificados únicamente se enviaron por correo.
Eduardo Bernal, coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Charlotte, dijo que se precisaba realizar esta entrega frente a la comunidad para reconocer el esfuerzo, entrega y dedicación de los participantes.
El curso, precisó, que tiene dos años escolares de duración y reúne una vez por semana a decenas de participantes, “es una fuente de crecimiento e inspiración para los fieles laicos que desean aumentar el conocimiento de su fe, mejorar sus técnicas de estudio y aprendizaje, así como dar un paso adelante en el servicio a su comunidad parroquial”.
El Programa de Formación para el Ministerio Laico está diseñado para ayudar a los laicos a comprender mejor su fe para que puedan responder mejor a su llamado bautismal a participar en la misión de la Iglesia. Este programa está dirigido para católicos de todos los niveles: ya sea que estén comenzando a participar, voluntarios de mucho tiempo, catequistas o empleados de la Iglesia.
Héctor Fabián del Alba, nacido en Coahuila, México, dijo que “lo que se siembra se cosecha”, en alusión a las enseñanzas que le dió su madre cuando era niño. Aunque se mantuvo un poco alejado por un tiempo, ello originó que “progresivamente se fuera dando un cambio” que lo ha llevado a servir en su parroquia por los últimos siete años.
Por su parte, Ana María Sánchez, casada y con un niño, agradeció la comprensión y apoyo de su familia en el esfuerzo que emprendió para su formación. “Estas clases han marcado en mí un antes y un después”, dijo al referirse a los conocimientos recibidos. Catequista de niños y jóvenes, coordinadora de los proclamadores de la Palabra, Sánchez señaló que durante la asistencia al curso no podía estar al frente de ningún ministerio para dedicar su tiempo por entero a los estudios. La hoy coordinadora del Movimiento Emaús de mujeres asegura que se requiere aprender sobre la fe para poder estar “al frente” de un ministerio, ya que “eso no es fácil”.
Para Abel Vásquez, nacido en Morelia, Michoacán, la formación laical fue la continuación de su caminar en México, donde había formado parte del movimiento cursillista y, desde niño, su participación en los oratorios de San Juan Bosco.
“Al llegar a Charlotte y encontrar esta comunidad tan vibrante, me comprometí más y se me abrió el panorama para ser parte de la Pastoral Hispana y RICA” (Rito de Iniciación para Adultos Católicos). “Gracias a este curso pude entender mejor nuestra fe, las raíces de la tradición de la Iglesia Católica y cómo se conjuga el trabajo de la Iglesia con la sociedad”, dijo.
María de los Ángeles Campos, casada con dos hijos y natural de El Salvador”, dijo que el programa ha sido “una gran bendición en mi vida”, pues la ha ayudado en su crecimiento espiritual y atención a la familia.
“Me enamoré de Jesús y la Cristología”, añadió la hoy coordinadora de la Legión de María. “Siento que los servidores, a través de este programa, logramos un mayor compromiso para hacer que los que están alejados tengan un encuentro cercano con Jesús”.
Los cuatro servidores reconocieron que se encontraban más a gusto con la formación presencial, pero que el paso a la formación virtual, aunque duro, difícil y brusco, fue necesario para poder continuar con los estudios. “Lo bueno es que los maestros pudieron adaptarse y seguir manteniendo nuestro interés con tareas e investigación”, señaló la Sra. Campos.
— César Hurtado, Reportero
En www.charlottediocese.org/ev/adult-education: encontrará información en inglés. También puede contactar al coordinador del ministerio hispano de su parroquia/vicariato o escribir un correo a Frank Villaronga, director del programa, a This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..
CHARLOTTE — Lágrimas de alegría y emoción derramaron las parejas que asistieron a un encuentro organizado por el Padre Leo Tiburcio, vicario parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe el 18 de abril.
Los asistentes pudieron disfrutar de las charlas preparadas por integrantes de la Pastoral Familiar del Vicariato de Charlotte, así como de un delicioso y romántico almuerzo ofrecido en los jardines de la iglesia.
— Foto cortesia Pastoral Familiar