CHARLOTTE — “La pandemia de COVID-19 ha agudizado la necesidad de acompañamiento en el duelo de las personas que sufren la pérdida de un familiar o amigo”, dijo Cecilia Jiménez, coordinadora de la Pastoral de Duelo del Vicariato de Charlotte, resaltando que en nuestra comunidad se han presentado casos de personas que han perdido hasta cinco familiares en un corto periodo de tiempo. “Esto es muy triste y traumático”, añadió.
Por ello, en los últimos meses, las actividades de la Pastoral de Duelo se han concentrado en la organización de grupos de acompañamiento para personas que han sufrido la pérdida de sus seres queridos a consecuencia, directa o indirecta, del nuevo Coronavirus.
En estos grupos, integrados por un número limitado de personas para poder brindarles atención personalizada, se ofrece acompañamiento con asesoría psicológica y espiritual brindada por tres profesionales en psicología y un sacerdote.
Como se recuerda, la Pastoral de Duelo inició sus actividades en el último semestre de 2019, tras la visita de David Rodas Orozco, psicólogo colombiano que ofreció una capacitación de voluntarios en el Centro Pastoral de la Diócesis de Charlotte. Posteriormente, a principios de 2020, un grupo de ellos recibió entrenamiento especializado por el Instituto Pastoral del Sureste (SEPI), para mejorar e implementar nuevos servicios a los que ya se ofrecían en el vicariato.
Jiménez explica que inicialmente ofrecían dos programas: una conferencia sobre las etapas del duelo y ‘Café con aroma de esperanza’, una reunión mensual donde los participantes podían compartir sus experiencias sobre el sentimiento de pérdida de un ser querido.
En la conferencia se explicaban claramente las etapas de un proceso de duelo, “que puede tener una duración diferente en cada caso”, lo que ayuda a comprender los estados de ánimo y emociones por las que atraviesan las personas durante “un plazo que regularmente puede ser de seis meses hasta dos años”.
En ‘Café con aroma de esperanza’ la dinámica es distinta. A este grupo de apoyo acceden las personas que ya han entendido el proceso de duelo, pero necesitan ayuda para sobrellevarlo.
En los actuales grupos de duelo y sanación, debido a las restricciones sanitarias de reunión sancionadas por las autoridades sanitarias y de gobierno, el acompañamiento se realiza utilizando redes sociales, lo que ha hecho que una posible limitante se convierta en un punto de expansión de los servicios de ayuda.
“Es interesante ver que, aunque siempre damos preferencia a la presencia de personas provenientes de nuestro vicariato, se han integrado a los grupos personas de otros países como México, Colombia, Perú, Ecuador y Nicaragua”, detalla Jiménez.
Aunque los grupos ya se encuentran formados y en operación, la coordinadora no descarta que las personas que requieran de la asistencia de la Pastoral de Duelo se comuniquen y soliciten ayuda.
“Estamos para servir a la comunidad”, dijo y pidió que quienes deseen contactarse lo hagan enviando un mensaje a su cuenta de Whatsapp: +1 (704) 245-1403, o a través del mismo medio con Eduardo Bernal, coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Charlotte, al +1 (704) 770-8342.
Respecto a su vocación de servicio comunitario, Jiménez indica que se despertó tras asistir a un Encuentro Emaús. “Ahí conocí a unas mujeres maravillosas que nos sirvieron de una manera excepcional. No tengo palabras para describir la experiencia que viví, marcó mi vida y me hizo sentir que, como seres humanos e hijos de Dios estamos destinados a servir al prójimo”.
En un esfuerzo por brindar un mejor servicio a la comunidad, Jiménez y otra voluntaria de la Pastoral de Duelo seguirán un diplomado online de un año de duración que ofrece el Instituto Mexicano de Tanatología. Los estudios especializados incluirán temas como enfermedades crónicas y terminales, ansiedad y depresión, suicidio, la muerte y las religiones, eutanasia y aspectos jurídicos de la muerte, entre otros.
— César Hurtado, Reportero