CHARLOTTE — Para celebrar la llegada del Año de la Rata, según el calendario oriental lunar, la co-munidad católica de la Iglesia Vietnamita San José organiza el Festival Tet, del 24 al 26 de enero, en su sede de la calle Sandy Porter Road, al suroeste de la ciudad de Charlotte.
El Padre Tri Truong, pastor de la mencionada iglesia, dijo que ante la llegada del nuevo año pedirán la bendición de Dios en tres Misas que se celebrarán el domingo 26 y “en el festival en el que habrá abundante cultura y comida vietnamita que deseamos compartir con todos ustedes”.
El calendario oriental es de tipo lunisolar, lo que quiere decir que indica el tiempo tomando como base las fases del Sol y de la Luna. Aproximadamente en 2697 antes de Cristo, se introdujo el calendario de cinco ciclos de doce años regidos por animales distintivos: Rata, Buey, Tigre, Liebre, Dragón, Serpiente, Caballo, Oveja, Mono, Gallo, Perro y Cerdo.
Como ya se mencionó, 2020 es el año de la rata, que contrariamente a la percepción occidental, en la astrología oriental era bienvenida en tiempos antiguos como un protector y traedor de prosperidad material.
El festival Tet que celebra anualmente la Iglesia San José es reconocido por la gran variedad de comida vietnamita que ofrece. Más de un centenar de platillos tradicionales pueden degustarse únicamente en esta ocasión especial, incluyendo bebidas y dulces.
Desde los más conocidos como rollos de huevo y pollo frito, hasta los más sofisticados como el pastel de arroz; pho, una deliciosa sopa de varias carnes con fideos y algunos vegetales; goi cuon, un enrol-lado de vegetales, cilantro y carne servido con una salsa de pescado; y muchos otros sabrosos platillos más.
Los precios de los platillos están al alcance de todos los bolsillos y varían desde uno hasta quince dólares aproximadamente.
Los jóvenes de la parroquia tienen previsto representar la danza del león, un baile acrobático que requiere de gran esfuerzo físico por parte de los integrantes del grupo.
“Disfrutamos del baile de todas las creaturas”, dijo el Padre Tri. “Nosotros, los humanos, bailamos al igual que otras formas de la creación de Dios. Por ello, incluso el león también baila alegremente junto con nosotros por la llegada del año nuevo que creemos firmemente Dios bendecirá con mayor abun-dancia que el año pasado”.
Durante el festival se presentarán una serie de reconocidos artistas vietnamitas, la mayoría proced-entes de la costa oeste del país.
Celebrar el festival representa un gran esfuerzo para toda la comunidad católica de la parroquia viet-namita San José. Desde hace varias semanas comenzó el trabajo de planificación y “lo hermoso es que todos se unen y trabajan juntos”, como afirma el Padre Tri y se puede observar al término de la Misa dominical de las 12:30 de la tarde, cuando en el comedor todavía se encuentra a decenas de feligreses concentrados en la preparación de potajes que serán cocidos en los días del festival.
“Como comunidad es para nosotros una bendición poder compartir nuestra herencia y cultura viet-namita, así como nuestra fe católica con todos ustedes. Los esperamos para darles la bienvenida”, finalizó el Padre Tri.
— César Hurtado, Reportero hispano
Festival Vietnamita Tet
Viernes 24 y sábado 25: 6 a 11 p.m.
Domingo 26: 9:30 a.m. a 1 p.m.
Parroquia Catolica Vietnamita San José
4929 Sandy Porter Road, Charlotte, N.C. 28273
Este martes 28 de enero, la Iglesia celebra la fiesta de Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, llamado ‘Doctor Angélico’, patrono de los estudiantes, de las escuelas católicas y de la educación, quien escribió la famosa obra medieval ‘Suma Teológica’.
Estamos seguros que muchos habrán escuchado de él, pero cuántos en verdad conocen siquiera algún hecho de la vida del santo.
Tomás de Aquino nació en Roccasecca, cerca de Aquino en Nápoles, en 1225. Realizó sus primeros estudios con los benedictinos en Montecassino, cerca al castillo de sus padres. Fue a la Universidad de Nápoles, donde destacó por su gran inteligencia.
Al conocer a la naciente comunidad de Padres Dominicos, se unió a ellos con la oposición de su famil-ia. Huyó hacia Alemania, pero en el camino sus hermanos lo apresaron y encerraron por dos años en el castillo de Roccasecca, tiempo que aprovechó para estudiar Biblia y Teología.
Los hermanos, al ver que Tomás no desistía de su idea, le enviaron una mujer de mala vida para hacerlo pecar, pero el santo, con un tizón encendido, la amenazó con quemarle la cara y la mujer salió despavorida.
‘El buey mudo’
El santo obtuvo su liberación y fue enviado a Colonia en Alemania donde fue instruido por el sacer-dote dominico San Alberto Magno. Sus compañeros lo tomaban por tonto al verlo robusto y silencioso y lo apodaron “el buey mudo”.
Pero cierto día, un compañero le pidió sus apuntes y se los entregó a San Alberto, quien dijo: “ustedes lo llaman el buey mudo, pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero”. No ob-stante, la devoción de Santo Tomás era lo que más resaltaba. Solía pasar mucho tiempo en oración y vivía un gran amor por la Eucaristía.
El joven Santo Tomás se graduó como doctor de teología en la Universidad de París y a sus 27 años ya era maestro en esa ciudad. Más adelante recorrió Italia predicando y enseñando durante siete años. Incluso el rey San Luis le consultaba los asuntos de importancia.
En cuatro años escribió la ‘Suma Teológica’, su obra maestra de 14 tomos, que se volvió tan im-portante que el Concilio de Trento utilizó tres libros de consulta: la Biblia, los Decretos de los Papas y la ‘Suma Teológica’ de Santo Tomás.
Lo admirable de este santo es que la sabiduría no la adquirió tanto de la lectura de libros, sino de ro-dillas y en oración ante el crucifijo. Además, cuando exponía sus ideas, lo hacía con respeto y total calma, aún cuando sus contrincantes lo ofendieran.
Compuso el ‘Pangelingua’ y el ‘Tantum ergo’, así como otros cantos eucarísticos que se entonan hasta nuestros días.
aparición divina
La historia relata que Jesucristo se le apareció y le dijo: “Tomás, has hablado bien de mí. ¿Qué quieres a cambio?”. El santo le respondió: “Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agra-darte cada vez más”.
Asimismo, su devoción a la Virgen era tal que en sus cuadernos escribía “Dios te salve María” y com-puso un tratado sobre el Ave María.
Al final de su vida fue enviado por el Sumo Pontífice al Concilio de Lyon, pero enfermó en el camino. Fue recibido en el monasterio cisterciense de Fosanova y, al llevarle la comunión, Santo Tomás dijo: “Ahora te recibo a Ti, mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente”.
Partió a la casa del padre el 7 de marzo de 1274 a los 49 años. Su cuerpo fue llevado con mucha solemnidad a la Catedral de Tolouse un 28 de enero. Fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567.
Santo Tomás de Aquino es representado con el Espíritu Santo, un libro, una estrella o rayos de luz so-bre su pecho y la Iglesia.
— Condensado de Aciprensa